Un grupo de investigadores tuvo una idea extraña: conectar los sistemas circulatorios de ratones, uno joven y otro viejo, durante doce semanas. Este experimento tuvo como resultado la ralentización del envejecimiento celular y el aumento de vida útil hasta en un 10% del espécimen más grande.
La investigación fue publicada en la revista Nature Aging. En ella se mencionan los efectos del rejuvenecimiento en varios tejidos del ratón, pero también se aclara que, por ahora, se desconoce el impacto que este método tendrá en la edad biológica y la salud a largo plazo.
De acuerdo con Science Alert, el estudio permite ampliar investigaciones previas en las que se ha sugerido que existen componentes en la sangre de mamíferos jóvenes que vale la pena investigar por sus potenciales beneficios para contrarrestar el envejecimiento.
"Compartiendo" juventud a ratones viejos
Para descubrir la razón por la que la sangre tiene este efecto en los ratones, un grupo de científicos dirigidos por el genetista Bohan Zhang de la Universidad de Harvard unió los sistemas circulatorios de pares de ratones jóvenes de tres meses de edad con los de ratones viejos de dos años.
Estas pruebas mostraron que los ratones más viejos, los que recibían la sangre joven, tenían concentraciones más altas de compuestos reguladores, es decir, evidencia de procesos químicos que generalmente se interrumpen con el envejecimiento, además de mayor producción de mitocondrias, reducción de inflamación y mostraban genes relacionados con una vida más larga.
El artículo detalla también cómo se mostraban parámetros fisiológicos mejorados, además de un sistema de proteína celular y regulador genético rejuvenecido.
Gracias a este experimento, se menciona en el artículo, se pudo confirmar que el intercambio de sangre durante tres meses fue mucho más efectivo que hacerlo a corto tiempo, por cinco semanas, como en un estudio previo.
Las consecuencias en los donadores
Eso sí, no todo son buenas noticias, pues un estudio adicional reveló los malos efectos para los ratones jóvenes, que sufrieron una disminución en su esperanza de vida.
Con este resultado, menciona Science Alert, los investigadores no pueden descartar que el intercambio de células enteras cause cambios, por ejemplo, cuando se reemplazan y diluyen las células viejas dañadas, que el donante debe manejar.
Además, tampoco se encontró evidencia de que las células más jóvenes queden almacenadas en algún lugar del cuerpo del receptor, aunque indudablemente los impactos positivos en los animales más viejos se mantuvieron.
El método tampoco es práctico, pues 12 semanas de ratón equivalen aproximadamente a ocho años en humanos, por lo que la prueba utilizada que requiere que dos individuos estén conectadas físicamente, es imposible de extrapolar a humanos.
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