Palenque es uno de los sitios arqueológicos mayas que más impresiona debido al Templo de las Inscripciones, llamado así por los jeroglíficos encontrados dentro del templo, que daban paso a una escalinata que conducía a la cámara funeraria del rey Pakal II, y a través de esos jeroglíficos se contaban los hechos más célebres ocurridos durante su reinado en los años 615 a 683 de nuestra era.
El hallazgo más reciente que han hecho los arqueólogos es el de un sistema de canales, alimentado probablemente por un manantial que está directamente (1.70 mts) debajo de la cámara funeraria de Pakal II, este hecho vendría a confirmar lo que los mayas imaginaban, y es que al morir el rey, tendría que navegar por las aguas de Xibalbá (el inframundo) hasta convertirse en uno de los hermanos gemelos que derrotaran a los dioses del inframundo, de acuerdo con lo contado en el Popol Vuh.
En la lápida que cerraba la tumba de Pakal se encuentra la inscripción que está sobre estas líneas, muchos se han aventurado a llamarlo el "astronauta de Palenque" debido a que pareciera ir montado sobre una nave espacial, pero estudios científicos serios, han descubierto que es en realidad una representación de la ceiba, árbol sagrado para los mayas, relacionado con el inframundo.
En la lápida principal se representa el momento en que Pakal inicia su viaje hacia el inframundo en donde deberá derrotar a los señores de la muerte para posterioremente renacer como dios del maíz y subir hasta el plano divino
A pesar de que tanto el templo como la lápida y la cámara mortuoria han sido intensamente estudiados desde el siglo pasado, nada hacía sospechar de la existencia de estos canales recién descubiertos de manera fortuita, durante obras de conservación. Si tomamos en cuenta el nombre maya de Palenque: "Lakamha" nos damos cuenta de que significa Lugar de las Grandes Aguas, entonces, tal como supone Arnoldo González, estos canales debieron ser obra de Pakal, y se inició su intrincada construcción antes de que se pusiera la primera piedra del Templo de las Inscripciones.
El canal principal, tiene una longitud de 17 metros, el agua aún corre a través de él, su forma es casi cuadrada pues sus laterales son de 40 x 50 cm, estos canales drenan el Templo de las Inscripciones hacia la plaza que se encuentra frente a él. Es probable que este sistema de canales constituyera un drenaje pluvial, o que solo fuera una forma de ilustrar el tránsito de un rey hacia la divinidad en la que se convertía al morir.
Por ahora los arqueólogos tienen muchas más preguntas sin resolver, y tienen que replantearse algunas de las conclusiones a las que se habían llegado antes de dar con este sistema hidráulico, eso es lo fascinante de la arqueología, un nuevo hallazgo te lleva a cuestionarte todo lo que creías saber.
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