El 2020 no solamente fue el año en el que la pandemia de COVID-19 afectó a nivel mundial, de acuerdo con un informe de la NASA también fue uno de los años más calurosos registrados en la historia empatando con el 2016, que tenía el récord anterior.
En general, la temperatura promedio de la Tierra ha incrementado más de dos grados Fahrenheit desde la década de 1880.
La NASA le atribuye este incremento a las actividades humanas que provocan emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano.
Continuando con la tendencia de calentamiento, la temperatura promedio global del 2020 fue 1.02 grados Celsius más cálida que la media de referencia de 1951-1980, de acuerdo con científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA.
La tendencia a largo plazo es lo que preocupa
El 2020 superó al 2016 por una cantidad mínima, dentro del margen de error del análisis, lo que hace que los años estén empatados como el año más cálido registrado, según Gavin Schmidt, director de la institución.
Los últimos siete años han sido los más cálidos registrados, tipificando la actual y dramática tendencia al calentamiento. Si un año es un récord o no, no es tan importante, lo importante son las tendencias a largo plazo. Con estas tendencias, y a medida que aumenta el impacto humano en el clima, tenemos que esperar que se sigan batiendo récords
La NASA advirtió que de seguir con esta tendencia, el incremento de las temperaturas seguirá provocando fenómenos como la pérdida de hielo marino y la masa de la capa de hielo, el aumento del nivel del mar, olas de calor prolongadas y cambios en los hábitats de plantas y animales.
Qué influyó en el incremento
Aunque la tendencia de incremento se ha visto en las últimas décadas, los científicos aseguran que hubo diversos factores que influyeron para que el 2020 obtuviera el récord de temperatura.
Entre los eventos que están relacionados con el aumento están los incendios en Australia durante la primera mitad del año enviaron un gran número de partículas a la atmósfera y bloquearon la luz solar y eso enfrió la atomósfera.
Por otra parte, debido a la pandemia de COVID-19, bajaron las partículas de contaminación del aire, lo que permitió que llegará más luz solar a la superficie y se diera un efecto de calentamiento pequeño pero potencialmente significativo.
Estos cierres también parecen haber reducido la cantidad de emisiones de dióxido de carbono (CO2) el año pasado, pero las concentraciones generales de CO2 continuaron aumentando y, dado que el calentamiento está relacionado con las emisiones acumuladas, la cantidad total de calentamiento evitado será mínima.
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