En prácticamente todo el mundo es conocida la historia de la ciudad de Pompeya, que quedó sepultada luego de que el volcán Vesubio hiciera erupción. Casi 2000 años después, en el año 79 d.C., se siguen descubriendo sus impresionantes construcciones.
Entre las últimas excavaciones está la de una sala con paredes pintadas de azul, una que no solo está muy bien conservada, sino que también cuenta con mobiliario, conchas de ostras y algunos frescos.
Las excavaciones en el sitio arqueológico iniciaron en 1739, pero los efectos de la erupción fueron tales que los científicos estiman que actualmente todavía un tercio de la ciudad sigue bajo tierra.
Sin embargo, los arqueólogos están regresando poco a poco la villa a la vida, encontrando nuevas salas como la “sala negra" o la biblioteca de Herculano, que incluía pistas sobre la ubicación de la tumba de Platón.
El raro color
En el caso de la habitación azul, evidentemente es de este color en sus paredes. Aunque no sorprende por sí misma, sí lo hace por el pigmento utilizado, que es un tono muy poco común en los estados pompeyanos.
Además, el azul también es de gran interés para los arqueólogos, ya que solía utilizarse en las habitaciones que incluían una decoración muy compleja o elaborada.
El espacio cuenta con unas dimensiones de ocho metros cuadrados, y para los investigadores es un "sagrarium", es decir, un santuario en el que se realizaban actividades rituales como el almacenamiento de objetos sagrados.
Más detalles de la sala
También destaca el decorado de las paredes, con una serie de hornacinas, los huecos en forma de arco que se usan para colocar elementos como estatuas. Además, hay pinturas de figuras femeninas que representan a las Horae, es decir, a las cuatro estaciones.
Estas se encuentran en las paredes laterales, mientras que en la central se representa la agricultura y la ganadería en un estado sorprendente de conservación.
Aunque parecía que la sala se utilizaba para rituales, también servía para guardar objetos. Se descubrieron conchas de ostras vacías y ánforas, que pudieron utilizarse como material de construcción. Además, se encontraron algunos objetos de bronce, entre ellos cántaros y lámparas.
Una ciudad aún en descubrimiento
Aún queda mucho por descubrir en Pompeya. De acuerdo con Pompeii, la habitación azul pertenece a una zona que aún continúa en excavaciones, pues el barrio en el que se encuentra tiene más de 1,000 viviendas y al menos unas 13,000 habitaciones.
Queda claro por ahora que en estos 300 años se han descubierto múltiples detalles de esta civilización, pero aún hay mucho más por revelar.
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