En 1976 en el estado de Chiapas un grupo de recolectores de palmas encontraron una serpiente de coral de América Central. Ese animal fue mandado a un laboratorio para su estudio, encontrando que su última comida fue una serpiente mucho más pequeña de solamente 25 centímetros de largo pero que en ese momento no logró ser identificada.
Un reciente artículo en Journal of Herpetology señala que científicos de la Universidad de Texas identificaron una nueva especie que fue nombrada como Cenaspis aenigma. Jonathan Campbell explicó a National Geographic que el nombre deriva del latín cena (cena), aspis (una variedad de serpiente) y enigma.
Tiene un cráneo diferente a cualquier otra especie de su tipo
Campbell señala que descubrieron una especie de serpiente colubrina de las montañas aisladas del oeste de Chiapas. En el documento se menciona que la enigmática y pequeña serpiente cuenta con un conjunto único de caracteres que impide su asignación a cualquier otro género.
“Ninguna de estas características es conocida de cualquier colúbrido en el hemisferio occidental”
Indican que entre las diferencias más grandes encuentran su forma del cráneo, la cubierta de su hemipene y las escamas debajo de su cola.
Al analizar su esqueleto y dientes los científicos creen que la Cenaspis es una serpiente excavadora que se podría alimentar principalmente de insectos y arañas, aunque hasta el momento no han logrado encontrar una criatura viva por lo que no pueden asegurar exactamente cómo se alimenta o vive.
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