Una de las cosas más molestas de ser adulto es que se te eche a perder la comida. Esos alimentos por los que pagas y estás decidido a aprovechar para tus comidas de la semana; pero cuando te das cuenta ya tienen moho, huelen a podrido o simplemente su sabor te indica que ya es tiempo de tirarlo, aunque te duela el codo.
Por fortuna, existen alimentos que duran más que otros, como es el caso de la gelatina. Así es, esa proteína hecha de colágeno animal, generalmente de vacas y cerdos, aunque suene difícil de explicar, ya que suele venir en una bolsa lista para mezclar con agua hirviendo. Esto se debe a que está hecha de colágeno formado en el cartílago, el hueso o la piel.
Cuánto tiempo dura una gelatina en el refrigerador
Aquí es importante hacer una distinción para no confundirnos. No es lo mismo la gelatina en bolsa, que todavía es polvo con grenetina, azúcares y saborizantes artificiales, que casi siempre está en la alacena, que el producto ya mezclado con agua y preparado. Tampoco se debe confundir con las gelatinas ya empaquetadas y listas para comer.
A lo que nos referimos es al producto ya mezclado con agua y cuya textura ya es la ideal: una gelatina hecha en casa. Este alimento podría durar hasta un mes en el refrigerador, siempre y cuando esté en un contenedor con una tapa y no se abra para nada, es decir, que desde que se cuajó, la guardaste en el refri y no la volviste a destapar ni le dio el aire.
Otros expertos aseguran que una vez formada, la gelatina se puede conservar por tres semanas en el refrigerador y hasta por un año en el congelador. También es importante mencionar que las gelatinas de leche son otra historia, y lo recomendado en estos casos es comerlas entre cuatro y siete días después de hacerlas.
Cómo identificar que la gelatina está echada a perder
Como ya vimos, la gelatina guardada en óptimas condiciones es uno de los alimentos que mayor vida útil tienen dentro de tu refrigerador. Pero eso no quiere decir que sea eterna, y para identificar si todavía sirve o no, debes tomar en cuenta aspectos como:
- Textura: Si la gelatina tiene una consistencia espesa, gomosa o presenta una capa líquida, es posible que ya no sea apta para comer.
- Color: Los cambios de color son una de las señales más evidentes.
- Moho: El moho es un claro indicio de que la gelatina está en mal estado, algo que ocurre con casi cualquier alimento.
- Olor: Desde siempre, nuestro olfato ha sido el mejor indicador para detectar alimentos en mal estado. Si tu gelatina huele mal, lo ideal es no comerla.
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