Estados Unidos construyó una pirámide para protegerse del fin del mundo, costó 30 mil millones de dólares y solo funcionó seis meses

Ismael Garcia Delgado

Editor Jr

Comunicólogo y Periodista por la UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.

Mucho se habla del Área 51 y la supuesta experimentación con alienígenas. El mito de dicha base norteamericana ha crecido desde los años 50 y popularizado gracias al cine, la televisión e internet pero que queda solo en eso, un mito. Sin embargo, las teorías de conspiración que existen a su alrededor pueden no sonar tan descabelladas cuando descubrimos la existencia del Complejo Stanley R. Mickelsen Safeguard, o SRMSC, un legado de la Guerra Fría.

Ubicado en Nekoma, Dakota del Norte, este colosal recinto en forma de pirámide tuvo como principal objetivo proteger a Estados Unidos de misiles intercontinentales soviéticos. Aunque no logró interceptar ninguno, su mera existencia pudo ser suficiente para disuadir a los europeos de lanzar un ataque contra suelo estadounidense.

Construido con hormigón y más de 22,000 toneladas de hierro y acero, fue diseñado para resistir ataques nucleares y electromagnéticos. Lo más destacable es que en cada cara de la pirámide se colocaron radares con tecnología desarrollada por Bell System, IBM y Lockheed. La idea del llamado MSR era poder enfocar los radares en múltiples direcciones rápidamente sin la necesidad de mover ninguna antena.

Además, el complejo no solo albergó tecnología avanzada, sino también instalaciones completas como oficinas, salas de ordenadores, arsenales y áreas de recreación. Allí se dirigieron misiles antibalísticos Spartan y Sprint, parte de un sistema de defensa destinado a proteger contra ataques simultáneos.

Aunado a esto, se ubicaron otros radares a 40 kilómetros de la base principal. Llamado Perimeter Acquisition Radar (PAR), este sistema informático tuvo la función de distinguir entre ojivas nucleares y otros elementos, calcular las trayectorias para interceptar, así como lanzar y dirigir los misiles.

Aunque el complejo ha sido desmantelado en gran parte, el PAR sigue en operación aún 60 años después. Destaca su capacidad para detectar múltiples objetivos a larga distancia incluso hoy en día.

El 1 de abril de 1975 se alcanzó la capacidad operativa inicial (COI), con lo que se logró la plena operatividad con los 100 misiles activos para el 1 de octubre del mismo año. A pesar de la inversión millonaria y de representar el punto más alto de una investigación en defensa de casi dos décadas, el 2 de octubre de 1975 el Congreso votó a favor de desmantelar el sistema.

Esta impresionante estructura operó únicamente seis meses sin interrupción, los siete días de la semana y las 24 horas del día. Según las simulaciones, demostró un éxito del 99.5% en sus funciones.

Aunque nunca se utilizó en combate real, la imponencia y tecnología del SRMSC parece salida de Total Recall o Blade Runner, y bien puede considerare como un monumento significativo durante la Guerra Fría. La inversión de los 6,000 millones de dólares (equivalentes a 33,970 millones al día de hoy) demostró ser una costosa pero última línea de defensa contra la posible guerra nuclear.

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