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130 pulgadas, Android TV, 4K y un brillo que maravilla: probamos el proyector láser PX1 Pro de Hisense que tiene imagen (y precio) premium

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

En proyectores hay para todos los gustos, para todos los estilos y para todos los bolsillos. El escalón más avanzado para todas las categorías están en los proyectores láser y en Xataka México hemos probado la deslumbrante apuesta de Hisense con el PX1 Pro, que tiene todo para rendir a tono con el segmento premium, con todo lo que eso conlleva.

Con tecnología láser, hasta 130 pulgadas de imagen y tiro ultra corto, el PX1 Pro cuesta 60,000 pesos en México. Demos un vistazo a su hoja de características.

Especificaciones técnicas

Hisense px1-pro


tipo

Laser Cinema

dimensiones

520 x 33.4 x 160 mm

procesador óptico

Pure Triple Colors

lúmenes

2000 lúmenes, con pico de 2,200 lúmenes

pixeles

4K, con 8,294,400 pixeles

gama de color

107% BT.2020

consumo de energía

200W

contraste

1000:1

tamaño de pantalla

De 90 a 120 pulgadas

altavoces

2 x 15W. Tecnología Dolby Atmos

sistema operativo

Android TV

CONECTIVIDAD

HDMI 2.0 X 2, USB X 2

PRECIO

59,999 pesos

Instalación

El PX1 Pro tiene en papel una de las instalaciones más sencillas, aunque en la práctica me he encontrado con algunos contratiempos. Entre los aspectos más favorables del proyector está el que no necesita de una pantalla ALR, sino que puede utilizarse llanamente sobre una pared blanca, de ahí que el proyector no la incluya en caja.

Con peso de 9,2 kilos, no estamos ante un dispositivo ligero. Cuatro patas, una en cada esquina, ayudan a estabilizarlo sobre la superficie en que se coloque y ayudan también a la inclinación para alcanzar la diagonal más grande posible. La colocación definitivamente es un tema que merece planeación dado el casi medio metro de largo que tiene el dispositivo,  especialmente en departamentos pequeños o que ya estén amueblados. Como se trata de uno de tiro ultra corto, la prioridad no estará necesariamente en cuán lejos está de la pared, sino en que esté a una altura lo suficientemente baja.

Va mi experiencia: mi colocación disponible ha estado a 50 centímetros de separación de la pared a proyectar y a 70 centímetros de altura. Mi resultante ha sido una imagen de 90 pulgadas, con marco inferior a una altura de 90 centímetros y el superior a 2.2 metros. He intentado incrementar la diagonal, pero ello requeriría o tener una pared de más de 2.3 metros de altura (todo un lujo en muchos departamentos de Ciudad de México), o bien, deshacerme de mi centro de entretenimiento y reemplazarlo por otro mueble que permita al proyector estar a una altura más baja. Impensable, mi centro de entretenimiento es hermoso.

Los primeros pasos de la instalación son tremendamente sencillos dado que el PX1 Pro está equipado con Android TV y, a partir de aquí, la integración con software no dejará de ser un constante recordatorio de lo bien implementado que está en el proyector. Instalarlo será tan fácil como abrir sesión en Google, aunque por alguna razón no todas mis sesiones de servicios de streaming se abrieron de forma automática. En la instalación, el que sí me ha sido un auténtico dolor de cabeza es una de las funciones que Hisense presume como estrella en el PX1 Pro: la corrección geométrica automática.

Esta es la imagen a la que hay que tomarle una foto para hacer la corrección geométrica automática y que me ha sacado canas verdes.

Teóricamente, la función permitiría al usuario equilibrar la proyección solo escaneando un código QR proyectado, tomar una foto con smartphone, y cargarla al servicio para que el proyector tome las correcciones necesarias. De las más de 15 veces que intenté el procedimiento, solo dos veces conseguí que el proceso no reflejara un error, y de ellas, nunca vi un ajuste real en la proyección. Por lo menos, el PX1 Pro sí cuenta con ajuste manual para mover las esquinas de la proyección y hacer que los bordes sean lo más rectos posible, función a la que tuve que recurrir para corregir la deformación trapezoidal.

Los beneficios del láser

El PX1 Pro usa su sistema TriChroma, lo que significa que para proyectar echa mano de tres potentes láser de distintos colores, rojo, azul y verde, para conseguir la imagen que resulta. La tecnología por sí sola nos anticipa mejores resultados en brillo que los proyectores LED o los que usan lámpara y el pronóstico se cumple a cabalidad: el PX1 Pro reproduce imágenes con pico máximo de 2,200 lúmenes, lo que en la práctica se traduce en un brillo que combate la luz natural que entra por ventanas.

El resultado es tan impresionante que puedo asegurar que el PX1 Pro puede usarse en habitaciones que no tengan un estricto control de otras fuentes de luz, incluyendo la exterior. No será la reproducción más brillante y las imágenes oscuras no la pasarán bien, así que si se usa en una habitación con restricción total de luces, el resultado es despampanante.

El brillo obtenido es tal que ilumina sin problema alguno una habitación totalmente a oscuras, como se ve en esta foto:

Láser y más 2,000 lúmenes son ingredientes que, sin embargo, no son infalibles. Quienes cuenten con extensas ventanas y luz abundante sí tendrán una reproducción deslavada y sin color. Habitaciones así necesitarán, de menos, cortinas blackout.

El otro gran componente de toda gran imagen es el color. Los proyectores de láser son ampliamente reconocidos por tener capacidades portentosas para reproducir colores potentes e, incluso, saturados. El PX1 Pro no es una excepción: con soporte para 140% del estándar DCI-P3 y 107% del BT.2020 (estándares distintos de espacio de color), el rango alcanza para todos los gustos, desde los sibaritas puristas del color que verán en 'Filmaker Mode' su modalidad de elección, o los indiferentes que tendrán más que suficiente con el realce del modo 'estándar'.

A contemplar debe estar el que incluso el modo 'estándar' tiene un artificio en el color muy llamativo y ya no hablemos del modo 'vívido'. Dada la saturación de color a la que es propensa el proyector, he recurrido durante todo el tiempo de prueba a 'día de película' o 'noche de película'; en mi experiencia las dos modalidades con colores menos saturados y más realistas, mas nunca deslavados. Vaya, con el PX1 Pro es más fácil salir sobrado de color que escasear de él, salvo que haya contaminación lumínica.

Con cinco modos de imagen y siete para cuando se trate de HDR, hay margen de maniobra para todos los gustos en color. En cuanto a luminosidad de la imagen, ayuda que el nivel de luminosidad del láser del proyector (no confundir con brillo) está al alcance del control. El que es el espacio habitual para cambiar de canales ha sido sustituido por prácticos botones para subir y bajar la luminosidad del láser, por si acaso el sensor de detección de luz ambiental no ha estado haciendo bien su trabajo. Así, cerrar o abrir cortinas no suele ser un obstáculo con tan cómodo y cercano ajuste de la luminosidad de la imagen.

Hablando de modos, los más puristas tendrán a la mano opciones para ajustar o incluso apagar la reducción de ruido digital y el tan poco querido efecto de interpolación de cuadros, efecto que da una sensación más fluida a la imagen y que frecuentemente recibe el término de "soap opera effect". Como podría esperarse, en filmaker mode todos los artificios están desactivados, los colores son más precisos y la luminosidad menos exagerada, aunque recomiendo la modalidad solo si estamos en una habitación completamente oscura. Si esa posibilidad está sobre la mesa, no hay mejor forma de maravillarse por el detalle del PX1 Pro y, por más cliché que suena, sentir la experiencia cinematográfica en casa.

Con todo y las alabanzas que me ha ameritado el PX1 Pro, también me he topado con el infortunio que es jugar con él. Hisense le promociona como un proyector apto para jugar con él, ya no solo por su entrada HDMI 2.1 o el siempre infaltable modo juego, sino por una respuesta mejorada que, supuestamente, se activa al momento de conectar una consola.

Con esa promesa en mente fue una decepción total los considerables retrasos en respuesta al momento de conectar con PS4. Los retrasos han sido tal que por algunos días renuncié al proyector para jugar. Días después descubrí que el modo juego no se activa automáticamente y tampoco así el modo de baja respuesta. Activarlo manualmente sí influye notablemente en la calidad del juego, de manera que hace posible jugar títulos shooters aunque sea solo de forma casual.

Para jugadores competitivos, esta debe ser todavía una forma no aceptable de jugar, pero puede que jugadores ocasionales, en específico aquellos dedicados a títulos que no requieren de respuesta inmediata, no se la pasen nada mal. He preguntado a Hisense sobre cuántos milisegudnos tiene la respuesta dentro y fuera de modo juego, pero no he obtenido respuesta al cierre de este texto.

Gaming o no, ninguna experiencia de video está completa sin audio. La potencia de los altavoces del PX1 Pro es tan completa (30W) que en mi experiencia apenas el 30% de su volumen total es suficiente para cubrir un espacio de aproximadamente metros cuadrados. Lo mejor es la soltura con que lo hace: el PX1 Pro tiene soporte para Dolby Atmos y es suficiente por sí solo para entregar graves con cuerpo, aunque no en todos los modos. De hecho, la gran mayoría de ellos me han parecido un despropósito después de intentar con la modalidad de teatro que saca mejor provecho a los graves.

Poco puedo decir del audio encima del 30%, puesto que usar el PX1 Pro diariamente a ese volumen me habría provocado problemas con los vecinos, pero hasta ese punto no tengo queja por la entrega de las frecuencias. Ello no quita que el PX1 Pro no se vería mejorado de un buen equipo de sonido externo aprovechando el soporte con el que cuenta, pero puedo decir que sin duda no he echado de menos mi barra de sonido durante el tiempo de prueba.

Conectividad y Software

´Colocar una barra de sonido no es ningún problema porque el PX1 Pro tiene entrada HDMI eARC. Le acompaña otro HDMI (ambos 2.0) y dos entradas para USB, uno 3.0 y otro 2.0.

Saltando de hardware, el que el proyector cuente con Android TV es lo que le consuma como un centro de entretenimiento por sí mismo. Por alguna razón que me es desconocida no todas mis cuentas de streaming se han vinculado, pero para las que sí, empezar a usarlas ha sido tan sencillo como solo seleccionar la app dentro del menú. No he experimentado en mis días de prueba algún tipo de ralentización y en todo momento la interfaz ha sido fluida y rápida.

Mi mayor queja  con software es la relacionada con la instalación en cuanto al ajuste geométrico que debería de ser automático pero que no me ha sido de ninguna ayuda. Por el resto, el control facilita el acceso rápido a los modos de imagen y modos de audio e incluso tiene un botón dedicado para Google Assistant. Por si acaso, también hay compatibilidad con Alexa vía una skill, aunque la funcionalidad suena mejor de lo que es en la vida real. Con la skill solo he logrado apagar la televisión y subir volumen, aunque es anunciada como disponible para hacer muchas cosas más, incluido el encender el proyector. Para no sorprender, la skill está valorada con solo dos estrellas.

Fuera de ahí, Android TV es Android TV y muy pocas cosas pueden salir mal de un dispositivo que le equipa.

La opinión de Xataka México

He tenido que ir a detalles para encontrar qué no me gusta del PX1 Pro. Entre esas cosas están la poca altura que necesita tener para desplegar más de 100 pulgadas, el tiempo de respuesta que funcionará para jugadores ocasionales pero no del todo si uno quiere jugar competitivamente y la pobre forma en que es equipada Alexa. Ninguna de las quejas son parte de los aspectos que más fácilmente le podríamos criticar a un proyector y la razón es evidente: tanto en imagen como en sonido el PX1 Pro se desenvuelve con soltura para habitaciones con control moderado de luz y extraordinariamente si contamos con una habitación con estricto control de contaminación lumínica.

Claro que la tecnología láser que entrega semejantes resultados de imagen tiene un valor premium, no por nada los proyectores que funcionan en esta modalidad son también los más costosos. El PX1 Pro cuesta en México oficialmente 60,000 pesos, aunque no es difícil encontrar tiendas que le venden por mucho más. Mi recomendación es nunca adquirirlo por encima del precio de salida, a sabiendas que, pese a lo costoso que suene, en realidad el precio no es uno exorbitante en la gama de proyectores láser. Usualmente comienzo pruebas de dispositivos con ánimo de encontrarme con algo que sorprenda y el PX1 Pro me ha deslumbrado, figurativamente y no, en más de una ocasión.

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