Uno tiene que caminar poco menos de medio kilómetro hacia el fondo del salón sur para encontrarse con Pedro Rosas y Gerardo Hernández, dos jóvenes de origen mexicano que explican a quien pase frente a ellos en qué consiste el internet transmitido a través de luz, y cómo la empresa de la que ambos forman parte es la primera en entrar al negocio del Li-Fi en México y Latinoamérica.
Como todos los años, el CES es gigantesco. Celebrado en el Centro de Convenciones de Las Vegas, tiene suelo para exhibición equivalente a más de 80 canchas del Estadio Azteca. Están desde luego los de las grandes marcas, pequeños exhibidores, startups con productos alocados, y varias joyas de robótica, gaming y drones. Industrial Cluster 4.0, es una iniciativa mexicana de ocho empresas que busca impulsar productos y startups tecnológicas de México, y aunque el pabellón no está precisamente al alcance de todas las miradas en el CES, se las han arreglado para tener lugar por segundo año consecutivo en la feria tecnológica más grande del planeta.
En 2018 llevaron a 20 empresas mexicanas con soluciones en tecnología; este año lo intentaron hacer con 50, aunque, debido a falta de apoyo, el número ha tenido que recortarse a 30, dando espacio solo a aquellos que pueden pagar viáticos y una cuota por estar en el CES 2019.
Gerardo y Pedro forman parte de la comitiva que cumplió con los requisitos y que ahora esperan, pacientemente durante los días de exhibición, a que algún inversionista, un medio interesado y uno que otro curioso, se acerque a preguntarles por su empresa, GigaLiFi, misma que se encarga de desarrollar la tecnología necesaria para transmitir internet con ayuda de luz. El negocio del Lifi está abriéndose paso lentamente, pero a paso constante.
Luego de que un representante del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se les acerca a preguntar, parece que todo el recorrido ha valido la pena.
Nadie la tiene muy fácil
No para todos ha resultado como para GigaLiFi. A nuestra llegada al pabellón donde están las empresas, varios representantes faltan en sus stands asignados; mientras que unos están en rondas de negocios, intercambios y pláticas distribuidos en todo el centro de convenciones, hay quienes tuvieron problemas para llegar Las Vegas.
Daniel Rivera, el encargado del pabellón y representante de Industrial Cluster 4.0, nos da como ejemplo el caso de la gente que está detrás de Roomie Bot, el robot pensado para tareas domésticas del cual les hemos platicado anteriormente. Al inicio, se pensó que por ser un artículo tan llamativo sería una buena idea colocarle en una de las esquinas de todo el pabellón. En el día dos de la feria, el espacio continúa vacío por los problemas en aduana.
Resulta que desde hace días, el robot fue detenido al tratar de ingresar a Estados Unidos, y aunque Daniel reconoce que un proceso debió haber hecho falta en la importación del robot, no se tiene idea clara sobre cuál fue la falla. Explica, sin embargo, que al ser este apenas el segundo año de la organización, este tipo de problemas son difíciles de prever.
En la mayoría de los casos sin embargo no ha habido problema similar. Diego Roel, de 17 años, es el fundador de Strap, un wearable pensado para personas invidentes o con alguna discapacidad visual, para que, al vestirlo, hagan de su caminar uno totalmente autónomo. Una vez que se porta el dispositivo con forma de arnés anclado al pecho manda vibraciones cuando detecta obstáculos inminentes mientras una persona se desplaza.
Entender su funcionamiento es sencillo: una vibración en el costado quiere decir que hay un obstáculo a la altura de la cara, una vibración en el pecho significa que hay un obstáculo enfrente, y una vibración en la cintura implica que tenemos un escalón o algún otro obstáculo a la altura de los pies.
La tarea de Diego es similar a la de Gerardo y Pedro, buscar alianzas estratégicas en manufactura y capital. Su producto en realidad está aún en fase de prototipo, pero de encontrar los socios adecuados, el camino hacia la etapa final de comercialización podría ser mucho más corto.
Con poco más de un año desde su fundación, Blacklight sigue sin un camino similar. Jorge Jarquín es su expositor, quien nos explica que, con ayuda de chips incorporados en los materiales de cualquier producto, se le ha encontrado solución al constante problema de saber dónde y cómo se están vendiendo las mercancias de un fabricante.
El chip permite a los intermediarios conocer en todo momento su abastecimiento, agilizando la distribución, y a los usuarios escanear con NFC el artículo para ser redirigidos a cualquier sitio web que el fabricante haya querido, al hacerlo, autentifica que el producto que adquiere es uno original.
Tanto para Pedro, como para Gerardo, para Diego y para Joaquín, este es su primer CES, y todos concuerdan en que el apoyo estratégico que les ha dado el Cluster está dando frutos en el CES.
Los recortes en apoyos
Sin embargo, las expectativas que no podrían ser más altas, no son aptas para todos. En 2019 la iniciativa dejó de contar con fondos nacionales de la Secretaría de Economía, lo que ocasionó que el cupo de toda la convocatoria haya sido recortado. Así, 20 iniciativas ganadoras de la convocatoria han tenido que dejar de asistir al CES, debido a que no pudieron costear el estar en el piso, y con ello, se quedaron sin la oportunidad de acceder a una cartera de probables inversionistas o aliados estratégicos que tanto rondan en los pasillos del centro de convenciones.
El tema para Daniel de Industrial Cluster, es que por temas que tuvieron que ver con el periodo de transición, ni la anterior ni la nueva administración, pudieron responsabilizarse por otorgar los apoyos. En vez de ello, Industrial Cluster solo fue apoyado este año por el presupuesto local del gobierno de Jalisco.
Con los sabidos recortes en materia de Ciencia y Tecnología, habrá que estar más atentos a los recursos que se destinen a iniciativas como esta, solo que para ello, habrá que esperar al siguiente año.
Imagen | Industrial Cluster
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