Su servidora lleva tres años viviendo en Estados Unidos y la verdad jamás me había llamado la atención asistir al llamado Black Friday. Soy de ese tipo de personas que le disgusta el caos y el exceso de gente en un mismo lugar. Prefiero algo más discreto y últimamente he optado por hacer mis compras en línea; además de que hay mejores precios que en las tiendas físicas.
Éste año opté por vivir la experiencia del viernes negro, sobre todo en búsqueda de un Nintendo 3DS XL que lo estarían ofreciendo de 200 a 149.99 dólares. 50 dólares de descuento que en mi opinión hacen que merezca la pena hacer el sacrificio de ir a la tienda. ¿Mi experiencia? se las cuento.
El día que me decidí ir a un Black Friday
Regularmente las promociones de Black Friday empezaban a media noche del jueves o en la madrugada del viernes, pero en los últimos años ha cambiado las tiendas sus horarios y algunas abren sus puertas desde incluso las 6 de la tarde del mismo jueves. La tienda a la que yo quería ir se llama Target y es muy similar a Wal-Mart, tienen de todo.
Acabando la cena del día de acción de gracias fuimos a Target y jamás pensé que estaría tan llena que incluso la fila recorría hasta dos manzanas. Afortunadamente una vez que abrieron la puerta fue en cuestión de 10 minutos para que estuviera dentro. Ya en la tienda, la situación se pone complicada. Los descuentos son tan grandes en ciertos productos que incluso hay personas que recurren a la violencia.
En mi caso, todo el mundo corría hacía el área de electrónica, ¿el objetivo? hacerse de un televisor LED de 40 pulgadas por apenas 300 dólares. Aquí comienza el verdadero problema, las filas y el exceso de gente hacían muy difícil moverse en la tienda. Incluso en cuanto me acerqué al área de Nintendo 3DS hubo clientes que se pusieron agresivos conmigo, pero al ver que no iba por un televisor sino por un Nintendo 3DS cesó la bronca.
Los Xbox 360 de 4GB estaban a 99 dólares, esos volaron en cuestión de segundos. Toda la ropa y accesorios estaban a 40% de descuento, e incluso la Nikon L105 se estaba rematando en apenas 99 dólares. En menos de una hora la tienda ya estaba vacía, no había más inventario.
En mi experiencia la gente se comportó bien en lo que cabe y el personal de la tienda manejó bien la cantidad de la gente que podía acceder a la misma; de no manejarse bien esto, puede resultar muy peligroso. En 2008 en Long Island un trabajador murió producto de una estampida en un Wal-Mart.
Black Friday ha resultado ser exitoso en cuestión de los descuentos, pero siempre habrá un peligro latente de alguna acción de violencia. Todo por ahorrarse unos cuantos centavos. Este fin de semana hubo récords de ventas y el llamado Cyber Monday también lo hizo bien.
En México contamos con El Buen Fin, y en lo personal no me ha tocado estar en alguno pero por lo que he leído los descuentos son casi inexistentes. Se tiene que trabajar en ofrecer mejores precios que hagan que merezca la pena el sacrificio de asistir a una tienda, pero vamos cuéntenme ¿Cuál es su experiencia con El Buen Fin?
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