La NASA está en el proceso de evaluación y aprendizaje sobre el rendimiento del cohete Space Launch System (SLS) durante el lanzamiento de la misión Artemis I el pasado 16 de noviembre de 2022.
De acuerdo con la revisión inicial, se determinó que el SLS cumplió o superó las expectativas. La agencia también ha revelado la cantidad de información recopilada del vuelo: más de cuatro terabytes de datos e imágenes a bordo del cohete durante las fases de pre y lanzamiento, así como 31 terabytes de las cámaras terrestres, las montadas en el cohete y las aéreas enfocadas en el SLS.
Además, las cámaras y sensores, dice la NASA, permitieron a los equipos monitorear el desempeño del cohete durante sus maniobras en el espacio, lo que implicó la instalación de estas y otras herramientas de medición "estratégicamente" a lo largo del cohete, el lanzador móvil y la plataforma de lanzamiento.
La información de las imágenes
Según Beth St. Peter, líder de integración de imágenes de SLS, las numerosas vistas del Artemis I, incluida la separación del propulsor del cohete sólido de la etapa de propulsión criogénica proporcionaron datos de imágenes que ayudaron a evaluar el desempeño del vehículo desde el despegue hasta el ascenso y la separación.
A la par, también se monitorearon las temperaturas externas y los sonidos que experimentó el cohete justo después del despegue, mientras que los datos posteriores al vuelo han demostrado que las válvulas de control de relación de mezcla y empuje de los motores RS-25, que determinan la temperatura y el empuje de estos en sus ocho minutos de tiempo de vuelo, estaban dentro del 0,5% de los valores previstos.
Por su parte, otras presiones y temperaturas internas clave del motor se encontraban dentro del 2% de los valores previstos antes del vuelo.
El éxito de la primera misión abre las puertas al resto de vuelo
La NASA también revela que todos los sistemas del SLS funcionaron "excepcionalmente" y los diseños están listos para soportar el primer vuelo tripulado en el Artemis II, aunque se seguirán revisando los datos y haciendo los informes finales. Por su parte, John Honeycutt, Gerente del Programa SLS mencionó que "la correlación entre el rendimiento de vuelo real y el previsto para Artemis I fue excelente".
Antes del lanzamiento también se establecieron puntos de referencia para el rendimiento del cohete a través de una serie de simulaciones previas al vuelo y campañas de prueba.
Para verificarlos, la prueba de vuelo era la única forma de recopilar datos reales, mientras se lanzaba y ascendía, experimentando fases dinámicas, como fuerzas y temperaturas extremas que influían en sus operaciones.