A pesar de estar activa desde hace más de 45 años, la sonda Voyager 1 continúa aportando datos científicos sobre el espacio interestelar, al menos hasta ahora, pues ha dejado de enviar información científica.
Según el último informe de la NASA, la sonda presenta un problema en una de sus tres computadoras de vuelo, lo que provoca que, en lugar de enviar datos en código binario (ceros y unos), entregue un patrón repetitivo de unos y ceros, como si estuviera "atascada".
La NASA ha determinado que el error se encuentra en la computadora del Sistema de Datos de Vuelo (FDS), diseñada para recopilar información de los instrumentos científicos, además de datos de ingeniería sobre la salud y el estado de la nave.
La FDS, según la agencia, no se está comunicando correctamente con uno de sus subsistemas, llamado Unidad de Modulación de Telemetría (TMU), lo que impide el envío de los datos científicos a la Tierra.
Tras recibir el patrón repetitivo y luego de descartar varias posibilidades, la NASA determinó que la fuente del problema era la FDS. Por lo tanto, durante el fin de semana del 9 y 10 de diciembre, se procedió a reiniciar el componente para intentar devolverlo al estado en el que se encontraba previo al error. Hasta ahora, la Voyager no ha enviado datos utilizables.
El reto de arreglar el error
Según la agencia, los ingenieros a cargo de la sonda pueden tardar varias semanas en tener un nuevo plan de acción. El desafío no solo es repararla, sino que, junto con la Voyager, se trata de las dos naves espaciales que más tiempo han estado en funcionamiento de la historia.
Para encontrar la solución, hay otros retos, como la consulta de los documentos originales de las naves, que suelen tener décadas de antigüedad y fueron escritos por ingenieros que no contemplaron los problemas actuales de las sondas.
Esto también implica que el proceso de respuesta del equipo ocupará más tiempo para dar con la solución, ya que deberá comprender cómo afectará un nuevo comando las operaciones de la sonda, evitando al mismo tiempo consecuencias indeseadas.
Por si no fuera suficiente, las órdenes de los controladores de misión en Tierra tardan 22.5 horas en llegar a la sonda, que se encuentra a más de 24 mil millones de kilómetros del planeta. Por lo tanto, para obtener respuesta de la Voyager 1, se deben esperar 45 horas para determinar si el comando funcionó o no.
Optimizando su funcionamiento
Durante los últimos años, las sondas han experimentado varios problemas. Por ejemplo, en 2022, la Voyager 1 tuvo un error en sus sistemas que le impedía ubicarse en el espacio, a pesar de que operaba normalmente, y del que nunca se descubrió el origen.
Para extender su operación, el equipo encargado de operar las sondas decidió enviar parches de software a las naves para garantizar que puedan seguir explorando el espacio interestelar.
Entre los objetivos de estas actualizaciones estaba el retrasar la acumulación de residuos en los tubos de los propulsores, utilizados para girar la nave y mantener su antena siempre apuntando hacia la Tierra, además de implementar cambios en el software para evitar que volviera a surgir el problema donde la Voyager 1 no podía ubicarse correctamente.
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