Mantener a salvo el conocimiento de la humanidad fuera de la Tierra, para protegerlo de guerras y desastres. Esta es la idea que mueve a Lonestar Data Holdings, una startup con la visión de poder construir centros de datos en los túneles existentes debajo de la Luna que permitan respaldar los datos generados en el mundo.
Christopher Stott, fundador y director ejecutivo de Lonestar señala que su intención es contar con una instalación de almacenamiento de información en el espacio, en una misión similar a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, ubicada en la isla de Spitsbergen, que busca preservar todas las semillas del mundo, pero en lugar de a hacerlo con cultivos, sería a partir del conocimiento humano.
Stott señala que los sistemas existentes en la Tierra no son perfectos, y la Bóveda de semillas lo demostró claramente, pues se inundó debido al cambio climático o pueden estar en riesgo "por la detonación de bombas y quema de cosas".
Así es el plan de Lonestar para guardar información en la Luna
El primer paso de la compañía es una misión privada (IM-1 de Intuitive Machines) que colocará un módulo de aterrizaje en la superficie del satélite a manera de prueba de software inicial, guardando una pequeña cantidad de datos dentro de la nave por dos semanas o un día lunar.
Después en la misión IM-2 se volará la primera carga útil de servicios de datos completos en el polo lunar, desde donde realizarán pruebas de carga y descarga, con la intención de que futuros servidores puedan comunicarse con la Tierra.
Sin embargo usar al satélite como sitio de almacenamiento plantea varios retos: la falta de departamento técnico que pueda arreglar los fallos en los aparatos, las temperaturas extremas en la Luna, que van desde los 106 °C en el día, hasta los -183°C en la noche, y la falta de una atmósfera que proteja contra la radiación cósmica.
Con esto en mente el grupo de Lonestar se encuentra estudiando utilizar los tubos de lava existentes en el satélite, pozos cavernosos perforados debajo de la superficie de la Luna, mismos que tendrían temperaturas más estables y evitando que la radiación llegue a los servidores, para lo que se utilizarán "muchos robots", según Stott.
Aunque de momento necesitan probar si los sistemas de envío, almacenamiento y transmisión son viables, Lonestar ya tiene contemplado realizar dos misiones futuras para lanzar servidores: la primero llegaría en 2024 con capacidad de guardar hasta cinco petabytes de datos, mientras que en 2026 se sumaría otra con espacio de 50 petabytes.
Para ese entonces se espera que el centro de datos instalado en el satélite pueda ofrecer un tráfico de datos hacia y desde la Luna a tasas de 15 Gigabits por segundo, mucho más rápido de lo que hay actualmente.
También falta explorar este tipo de formaciones lunares. La Agencia Espacial Europea (ESA) ya cuenta con algunas misiones programadas para hacerlos para las que utilizará rovers autónomos. Con esto no solo se podría tener acceso a bóvedas para proteger servers, sino que presentaría una oportunidad para acceso a agua y otros recursos adicionales.
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