Ingenieros de la NASA por fin lograron recibir datos descifrables de la sonda Voyager 1, después de cinco meses de problemas de comunicación. Lo más impresionante es que se logró aún con la sonda a más de 24 mil millones de kilómetros de distancia de la Tirra.
La sonda espacial Voyager 1 fue lanzada en 1977 y fue la primera en alcanzar el espacio interestelar. De esta manera se convirtió en la nave espacial más alejada de la Tierra, récord que mantiene hasta la actualidad. Con 47 años en activo, la sonda ha comenzado a mostrar signos de envejecimiento, lo que llevó a que durante meses enviara a la NASA información aparentemente inservible.
Las dificultades de comunicación comenzaron en noviembre de 2023, cuando comenzó a enviar un patrón de código indescifrable y repetitivo. Los ingenieros identificaron la causa del problema: el malfuncionamiento de un chip que resultó en el daño de 3% de la memoria del sistema de vuelo. A su vez, este malfuncionamiento llevó a la pérdida de código indispensable que dejó inutilizable los datos científicos y de ingeniera de la Voyager 1.
El regreso de la sonda Voyager 1
Sin embargo, el ingenio de los ingenieros (nunca mejor dicho) de la NASA permitió recuperar la comunicación con la sonda. Enviaron comandos a través del Sistema Solar para reiniciar su sistema informático y crearon un plan para almacenar el código asignado en otra parte de la memoria del sistema. De esta manera pudieron garantizar su funcionalidad nuevamente.
Después de aplicada la estrategia, el 20 de abril el equipo de ingenieros recibió respuesta de la Voyager 1, confirmando el éxito del ajuste. De esta manera, fue posible otra vez la transmisión de datos de ingeniería perfectamente legibles.
Con 47 años de exploración espacial, la Voyager 1 es la sonda más antigua en funcionamiento, junto con su hermana gemela Voyager 2. Además de que es también la más alejada del planeta, tiene también los récords de ser la primera sonda en llevar un mensaje audible, el disco de oro de las Voyager, y el objeto fabricado por humanos más lejano al planeta.
Las sondas Voyager 1 y Voyager 2 han superado por mucho el tiempo de vida calculado inicialmente por la NASA. Según cálculos actuales, se espera que sus generadores termoeléctricos de radioisótopos que les dan energía eléctrica para funcionar, sigan funcionando hasta al menos 2025 para mantener comunicación con la Tierra.
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