En diciembre de 2020, el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico se derrumbó luego de que los cables que sostenían la plataforma de investigación fallaran, estrellando el equipo contra el plato de 305 metros de ancho y destruyendo el telescopio.
Ahora, la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), propietaria del sitio, ha dado a conocer que a pesar de las peticiones de los científicos por reconstruirlo, o reemplazarlo con una nueva instalación en la misma locación, no se tomará ninguna de estas acciones y al contrario, ahora servirá como un nuevo centro educativo que se inaugurará el próximo año.
La NSF tiene la intención de aprovechar el legado del observatorio como una institución educativa clave en Puerto Rico, transformándolo en un centro para la educación en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, que se abrirá en 2023.
Sin embargo, y a pesar de la nueva vida del observatorio, no se tiene contemplado un financiamiento a largo plazo para el resto de instrumentos que permanecen operativos en la instalación, entre los que se encuentran un plato de radio de 12 metros y un sistema LiDAR.
Además, un portavoz de NSF habló con el sitio Space, confirmando que no se tienen planes para reconstruir o reparar el plato actual, ni trabajar en una nueva instalación, pues requiere una inversión muy grande, además de análisis cuidadosos, por lo que los objetivos actuales son centrarse en la educación y divulgación.
La caída del observatorio hasta su colapso
Recordemos que durante años el observatorio se enfrentó a diversos problemas. En 2017 el huracán María azotó Puerto Rico, dejando a Arecibo con pocos daños. Después a principios de 2020 una serie de terremotos sacudió la isla, por lo que se tuvo que cerrar temporalmente, aunque parecía encontrarse en buenas condiciones todavía la instalación.
Sin embargo, en agosto de 2020 uno de los cables gruesos que soportaban a la plataforma de 900 toneladas tuvo problemas y cayó en el plato, dejando cortes en sus paneles, aunque se desarrolló un plan de reparación. No obstante, antes de que comenzaran los trabajos, otro cable también falló y se determinó que era demasiado inestable para repararlo de forma segura, por lo que la NSF decidió desmantelarlo, pero apenas unos días después de anunciarlo, el 1 de diciembre el telescopio colapsó.
Ahora, de acuerdo con Abel Méndez, uno de los astrónomos de la Universidad de Puerto Rico que usó el telescopio en sus trabajos de investigación, el telescopio mantendrá un legado, principalmente gracias a décadas de datos archivados, por lo que es posible que durante décadas todavía se sigan haciendo descubrimientos con información obtenida del observatorio de Arecibo.
Imagen: Universidad de Florida Central
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