Uno de los objetivos de la NASA y de la sostenibilidad del programa Artemis pasan por la creación de una presencia humana permanente en la Luna. Esta meta depende principalmente de la capacidad de las misiones para aprovechar los recursos con los que cuenta el satélite, permitiendo así reducir costos y riesgo de las operaciones lunares.
Uno de los últimos proyectos es el poder extraer oxígeno del regolito y agua del hielo lunar. El primero será utilizado en hábitats humanos, rovers, así como otros sistemas de soporte vital que requieren un suministro constante de oxígeno para consumo humano, además de como oxidante para vehículos que sean lanzados desde la Luna.
Se tiene previsto que estas tecnologías de extracción de oxígeno se pongan a prueba en la Luna a gran escala a partir de 2024, y permitan dar apoyo directo a los astronautas de las misiones Artemis a partir de 2026.
Así es la tubería de oxígeno lunar
Según detalla la agencia, el proyecto de extracción de oxígeno consiste en poder embotellarlo en tanques de gas comprimido, o licuarlo y almacenarlo en dewars, recipientes que tienen aislamiento térmico para disminuir las pérdidas de calor.
Sin embargo, cualquiera de estos dos enfoques requiere de transportar los tanques o los dewars a distintas instalaciones para su uso, el proceso que hasta ahora se considera más costoso en la obtención de oxígeno en situ para su uso considerando las largas distancias (de unos 110 km) que el recurso deberá recorrer.
Para esto, la NASA tiene como solución el L-SPoP o Tubería de oxígeno del Polo Sur Lunar, una instalación que en su concepto inicial se planea como un gasoducto de 5 km para transportar el oxígeno gaseoso de una fuente de producción, como un sitio de extracción de electrólisis de regolito fundido (MRE) u otra fuente, hasta la planta de licuefacción y almacenamiento cerca de una base lunar.
L-SPoP contaría con segmentos modulares de aluminio fabricados en la propia luna, que se pueden soldar o ajustar entre sí hasta cubrir la distancia de los 5 km. La tubería se puede extraer con MRE, haciéndolo directamente en forma de tubo, aunque también puede ser fabricada con otros materiales como el hierro y el magnesio, llevando adicionalmente un revestimiento de vidrio lunar en el interior.
La ventaja de este concepto, es que el diseño modular es adaptable, reparable y evolutivo, gracias a las técnicas de fabricación y extracción de recursos en la Luna, además de algunas actualizaciones ocasionales al sistema desde la Tierra, dando como resultado una vida útil más larga, menor costo y riesgo que otras opciones.
Además, este oleoducto tiene características adicionales: estar construido a partir de metales derivados del regolito con un mínimo de material transferido desde la Tierra, puede ser fabricado y reparado robóticamente, es capaz de una tasa de flujo de oxígeno de aproximadamente 2 k2/hora, que cumple con los requisitos de la NASA de 10,000 kg/año y puede operar con una energía mínima durante su vida útil.
Imagen: ESA - P. Carril
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