Como parte del programa de Conceptos Avanzados Innovadores de la NASA (NIAC), se ha dado a conocer el que a día de hoy clasifica como uno de los proyectos más ambicioso de la agencia espacial, que consistiría en fabricar un gigantesco telescopio dentro de un cráter ubicado en la cara oculta de la Luna.
El proyecto lleva por nombre 'Radiotelescopio de Cráter Lunar" (LCRT) y es una apuesta tanto innovadora como arriesgada, con la que se revolucionaría la ciencia y las misiones de exploración. Y es que estamos hablando de un telescopio que serviría para explorar el universo sin el ruido e interferencia que provoca la atmósfera de la Tierra.
Sería el mayor radiotelescopio de apertura completa de todo nuestro Sistema Solar
Lo más interesante de este proyecto es que no sería construido por humanos, sino por robots trepadores capaces de colocar malla de alambre dentro del cráter. Es decir, no se requeriría un gran presupuesto, sólo un viaje que transportaría toda la carga útil y los rovers encargados del trabajo.
Y es que se usaría la misma geografía de la Luna, no habría necesidad de hacer complejas excavaciones. El proyecto plantea enviar un lander con capacidad para la carga que haría su alunizaje en el centro de un cráter de entre 3 y 5 kilómetros de diámetro, el cual está ubicado en la cara oculta de la Luna.
Un segundo lander alunizaría cerca del borde del cráter, éste llevaría los rovers que se moverían hacia el centro del cráter para llevar parte de los componentes hacia el otro lander. Una vez allí, se conectarían a unos cables guía que se utilizarían para elevar el receptor del observatorio y el reflector, que estaría suspendido con respecto a la superficie del cráter.
Actualmente, los telescopios terrestres constantemente se enfrentan a interferencias de radio provenientes de mismas fuentes en la Tierra, tecnológicas y de otro tipo. De hecho, ningún telescopio terrestre, aun sin interferencias, sería capaz de explorar todo el ancho de las longitudes de onda de radio que emanan de fuentes extraterrestres. Esto se debe a que las longitudes de onda superiores a 10 m (frecuencias inferiores a 30 MHz) son reflejadas por la poderosa ionosfera de nuestro planeta.
Por tal motivo, el LCRT sería una apuesta importante para tratar de captar señales dentro de nuestra galaxia, ya que sería el primer telescopio capaz de observar estas longitudes de onda, hasta ahora inexploradas, ya que no tendrían que pasar por la densa atmósfera de la Tierra. Además, al estar ubicado en el lado oculto de la Luna, también se protegería de las posibles interferencias que emanen de la Tierra.
El NIAC ha aprobado la primera fase del LCRT otorgando un presupuesto inicial de 125,000 dólares, que servirán para explorar la viabilidad del proyecto y desarrollar en nueve meses una propuesta para la fase dos, donde se sabría cuánto dinero y tiempo se necesitaría.
En caso de que se realice, el LCRT sería el mayor radiotelescopio de apertura completa de todo Sistema Solar, ya que contaría con un reflector de 1 km de diámetro, que sería el doble del tamaño del observatorio terrestre FAST de China, que actualmente es el más grande del mundo gracias a sus 500 metros de diámetro.
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