Durante el lanzamiento del cohete Space Launch System (SLS) de la misión Artemis I, que se espera realizar este mismo año, la NASA la aprovechará para también enviar al espacio varios nanosatélites (también conocidos como CubeSats) para realizar investigaciones científicas y tecnológicas.
Uno de estos experimentos será BioSentinel, un satélite del tamaño de una caja de zapatos que realizará el primer experimento de biología de larga duración en el espacio profundo. Su carga consistirá en microorganismos con los que se estudiarán los riesgos a la salud en el espacio profundo que tiene la radiación espacial.
Esta radiación es, dice la NASA, similar a "un derby de demolición a escala nanométrica", donde los rayos cósmicos galácticos de alta energía y los estallidos de partículas solares en el espacio pueden causar estragos, tanto a la electrónica como a las células vivas.
Para esto, el trabajo de BioSentinel será monitorear los signos vitales de microorganismos en forma de levadura, con la intención de ver cómo les va cuando son expuestos a la radiación del espacio.
Estas células de levadura fueron seleccionadas al parecerse en algunas características a las humanas, entre ellas, a la forma en que les afecta el daño y se realiza la reparación del ADN. Esto permitirá comprender mejor los riesgos de la radiación no solo para humanos, sino también para otros organismos biológicas, ayudando a planificar las misiones de exploración a la Luna y más allá.
Así funcionará el satélite del experimento biológico
BioSentinel estará ubicado dentro del adaptador de etapa Orion, a bordo del SLS, y una vez que llegue al espacio tras el lanzamiento, las 10 cargas útiles del cohete serán desplegadas.
Unos días después el CubeSat pasará junto a la Luna y volará el resto de su misión, que durará entre seis y nueve meses, en órbita alrededor del Sol. Cuando se encuentre en su trayectoria prevista, el equipo a cargo activará de forma periódica estudios en la levadura de una semana y recopilará datos que serán enviados a la Tierra a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA.
Para poder funcionar, BioSentinel utiliza un "biosensor", es decir, un laboratorio de biotecnología en miniatura diseñado para medir cómo las células de levadura vivas responden a la exposición a largo plazo de radiación espacial.
En su núcleo lleva un conjunto de tarjetas de microfluidos, donde se cuenta con un hábitat para la levadura, además de una forma para que los microorganismos sean observados en tiempo real.
Además, cuenta con un instrumento adicional que mide la radiación, información con la que se compara la respuesta biológica del sensor, para así verificar y estudiar las respuestas de las levaduras en distintos entornos de gravedad y radiación.
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