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La mancha solar AR 3664 se ha vuelto tan importante para los cientificos como el evento Carrington que derritió el telégrafo hace 165 años

El Sol se encuentra en un periodo de alta actividad, con una mancha solar, denominada AR 3664, que recuerda al Evento Carrington, ocurrido en 1859, considerado como la tormenta solar más poderosa jamás registrada. Aunque las recientes erupciones solares no son tan intensas, sí han causado algunas perturbaciones en la infraestructura terrestre.

Esta nueva mancha solar, según el sitio hermano JeuxVideo, sacudió recientemente a la comunidad científica y a los astrónomos de todo el mundo, pues por su tamaño, estimado en más de 200 mil kilómetros de diámetro, o 17 veces el de la Tierra, hizo recordar aquel otro evento que generó afectaciones globales.

Explicando la actividad del Sol

Primero, definamos los conceptos: una tormenta solar es un fenómeno violento provocado por erupciones en la superficie del sol, con llamaradas que proyectan enormes cantidades de partículas cargadas y radiación electromagnética al espacio.

Cuando estas partículas llegan a la Tierra, pueden alterar el campo magnético del planeta, generando tormentas geomagnéticas, que tienen la capacidad de afectar redes eléctricas, las comunicaciones de radio y satélites, y también crear auroras boreales.

Estas manchas se ven como zonas oscuras en el Sol, donde el campo magnetico es muy intenso y que a menudo se asocian con erupciones solares.

En el caso de AR 3664, está formada por varias manchas solares, que han generado recientemente erupciones de clase M y X, es decir, de las categorías más potentes.

Las llamaradas se clasifican por la intensidad de rayos X que emiten, siendo las A las más débiles y las X las más fuertes, capaces de provocar apagones de radio y redes eléctricas, mientras que las M se catalogan como de tamaño mediano, pero que se pueden mostrar como cortes temporales de radio en la Tierra.

Los posibles efectos de una tormenta solar así

AR 3664 fue comparada, según el medio, con la mancha solar de 1859, que provocó auroras boreales visibles hasta el Caribe y dañó gravemente la red de telégrafo en el mundo.

De momento, solo hay estimaciones sobre cuáles serían las consecuencias de una tormenta de esta magnitud, dado que en la actualidad hay una gran dependencia de las tecnologías electrónicas.

Por esto, además de las redes de electricidad, también podrían verse afectadas o fuera de servicio las comunicaciones por satélite y hasta el internet, llegando a lo que algunos expertos denominan como "un apocalipsis de la red".

Eso sí, no todo está perdido, pues hay algunas medidas que se pueden implementar en caso de una tormenta solar importante, como apagar temporalmente algunos equipos sensibles o directamente reconfigurar las redes eléctricas.

La importancia de mirar al Sol

Los científicos siguen actualmente la evolución de AR 3664, así como de sus riesgos potenciales, siendo principalmente estudiada por agencias espaciales y observatorios solares de todo el mundo, que monitorean la actividad del astro para detectar y anticipar posibles tormentas solares.

Sin embargo, también es un recordatorio constante de la dependencia al Sol como fuente de luz y calor, pero también como un elemento astronómico capaz de causar perturbaciones potencialmente peligrosas. Esto hace necesario comprender mejor la actividad solar y las consecuencias que su actividad puede tener para el planeta en medio de la sociedad actual.

Imagen: Sebastian Voltmer

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