Durante 21 días un grupo de seis integrantes (cinco hombres y una mujer) estarán formando parte de la AMADEE-20, una misión en la que simularán las condiciones de la vida en Marte en una base marciana fingida en Makhtesh Ramon, un cráter de 500 metros de profundidad y 40 kilómetros de ancho ubicado en el desierto de Negev, en un paisaje rocoso, accidentado e incluso teñido de rojo.
Los seis "astronautas analógicos" (llamados así porque simulan en la Tierra cómo serían las misiones largas en el espacio) vivirán aislados en su estación hasta finales de mes. Dentro de su base de unos 120 metros cuadrados, los seis integrantes duermen, comen, realizan experimentos. Cuando deben ir al exterior, necesitan equiparse con sus trajes espaciales simulados que pesan 45 kilos y cuentan con cámaras, micrófonos, así como un sistema de respiración autónomo.
Como parte de su misión los astronautas se encuentran realizando varias pruebas, por ejemplo manejar un prototipo de dron que funciona sin GPS o utilizar vehículos de mapeo automatizados que se alimentan con energía solar. Además probarán procedimientos para mantener dispositivos libres de polvo, así como una impresora 3D de la Agencia Espacial Europea para determinar si se pueden imprimir plásticos de grado espacial para ayudar a los experimentos científicos en un entorno remoto y hostil, como lo sería en Marte.
No solo harán pruebas científicas, también estudiarán el comportamiento humano
El proyecto AMADEE-20 se esperaba comenzara el año pasado, sin embargo, se retrasó debido a la pandemia de COVID-19 y está desarrollado por el Foro Espacial de Austria, una organización privada formada por especialistas aeroespaciales, que se asoció con el centro de investigación israelí D-Mars para construir la base marciana simulada que funciona con energía solar.
Tenemos el lema de fallar rápido, barato y tener una curva de aprendizaje empinada, pues cada error que cometemos en la Tierra, esperamos no repetirlo en Marte
Gernot Gromer, director del Foro Espacial de Austria
Por dentro la base cuenta solamente con una pequeña cocina y literas, mientras que el resto de la instalación está reservada para poder trabajar con los diferentes experimentos científicos. Además, realizarán más de 20 experimentos en campo que incluyen actividades de geología, biología y medicina, de los que esperan publicar los resultados terminando el periodo de aislamiento.
Los seis miembros del equipo estarán en constante observación, se monitorearán sus signos vitales y hasta rastrearán sus movimientos dentro de la base con la intención de analizar sus lugares favoritos para congregarse con la intención de estudiar el comportamiento humano, así como el efecto del aislamiento en los astronautas.
Aunque el desierto que rodea la base se parece al Planeta Rojo por su naturaleza rocosa y tonos anaranjados, no es así en sus condiciones atmosféricas, que son de aproximadamente 30 grados Celsius, muy distinto a Marte donde las temperaturas pueden llegar a -60 grados Celsius.
Fotos | OeWF
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