El cometa Leonard (C/2021 A1), el más brillante de 2021, se ha desintegrado, luego de haber pasado por el perihelio, su punto más cercano al Sol el 3 de enero, y ahora está totalmente fragmentado, sin contar con su núcleo y su coma o atmósfera temporal.
De acuerdo con su descubridor, Gregory Leonard, el legado de C/2021 A1 será probablemente sus estructuras en la cola, formadas por partículas cargadas conocidas como iones que mostraron "espectaculares exhibiciones" luego de su descubrimiento el 3 de enero de 2021.
Aunque el cometa hubiera sobrevivido a su viaje alrededor del Sol, probablemente habría sido arrojado al espacio interestelar para regresar en no menos de 70,000 años, aunque la comunidad científica ya estaba mostrando preocupación por algunos factores que señalaban posiblemente este sería su último viaje.
Primero, a finales de noviembre se reportó que el cometa posiblemente estaba mostrando signos de estrés y que incluso se estaba rompiendo, pues su brillo disminuyó, su cabeza no parecía redonda y su trayectoria parecía estarse desviando de su curso.
Sin embargo el cometa no se desintegró, y más adelante se explicó que el cambio en su brillo se vio afectado por la luz de la Luna y la contaminación lumínica en la ubicación de sus observadores, que limitaba su apreciación.
Su falta de brillo no auguraba nada bueno
Conforme se iba acercando al Sol, el cometa Leonard cayó dentro de los márgenes del límite de Bortle, una escala de brillo sugerida por el astrónomo aficionado John Bortle, donde se menciona que entre más cerca se encuentre del astro, el cometa debe ser más brillante para sobrevivir al viaje.
Semanas antes del perihelio, el brillo de Leonard comenzó a cambiar cada tres o cinco días, y su cola mostró una estructura "complicada", pues posiblemente algunas de sus piezas se desprendieron de su núcleo, mostrando nuevas áreas que el Sol podría calentar.
La confirmación de su ruptura se dio el 23 de febrero, notificada por Martin Masek, y gracias a varias observaciones se evidenció como poco a poco el cometa se convertía cada vez más en "una raya fantasmal".
Por lo pronto su descubridor señala que a pesar de su desintegración, es posible que algunos telescopios hayan seguido su desarrollo y desaparición, información que servirá para mejorar la comprensión sobre el comportamiento de los cometas, y así entender más sobre el origen del propio universo.
Imágenes: Michael Mattiazzo