China ya está trabajando en su propia versión de la misión DART, un proyecto de defensa planetaria con la intención de probar un sistema de redirección de asteroides en no más de cuatro años, es decir, a partir de 2026.
El anuncio del proyecto fue anunciado por Wu Yanhua, subdirector de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), durante el evento anual que conmemora el lanzamiento del primer satélite de China, Dongfanghong-1, en 1970.
La propuesta de China, es similar a la forma en que funciona la misión de desvío de la NASA, la Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART), que busca estrellar deliberadamente una sonda contra Dimorphos, un pequeño asteroide en la segunda mitad de 2022.
En este caso también una sonda examinará de cerca un objeto cercano a la Tierra antes de chocar, en un evento conocido como "impacto cinético", alterando la trayectoria orbital del asteroide "amenazante" con una nave espacial a alta velocidad hacia el objeto.
Sin embargo, de acuerdo con la agencia de noticias china Global Times, el proyecto de la CNSA todavía se encuentra en sus primeras etapas y falta todavía que sea revisado para su aprobación. Si se continúa con el desarrollo, la prueba se realizaría entre 2025 o 2026 y que coincide con el final del periodo 14 del plan quinquenal de China.
Otros proyectos de China en el espacio
Junto a este plan, el país también está trabajando en un sistema de monitoreo y advertencia para analizar y catalogar aquellos objetos cercanos a la Tierra que puedan ser potencialmente peligrosos, que también sería bastante similar al programa Sentry II de la NASA, que estudia el riesgo de impactos de asteroides.
Este programa permitiría tanto simular los riesgos que plantean los asteroides y al mismo tiempo ensayar el proceso de defensa. De acuerdo con Wu, esto permitiría que China "asuma su responsabilidad como una gran potencia mundial en la protección de la Tierra con otros países".
Por lo pronto, se espera que el sistema de monitoreo que propone China, pueda estar listo antes de la prueba de desvío de asteroides, que ayudará a la NASA a tener más ojos puestos hacia el cielo, asegurando que ningún objeto que ingrese a la Tierra pase desapercibido y permitiendo que los esfuerzos de seguimiento se puedan coordinar de forma significativa.