Los astrónomos dicen haber desarrollado una forma de “predecir” el momento en que una supernova explotará al final de su vida

Un grupo de investigadores de Japón ha revelado una serie de estrategias con la intención de poder observar y predecir firmas que evidencien la explosión de supernovas, para comprender mejor cómo y cuándo pueden ocurrir estos eventos en el universo.

El estudio, fue presentado en la revista Fenómenos Astrofísicos de Alta Energía, donde el Dr. Daichi Tsuna, astrofísico en el Centro de Investigación del Universo Temprano en la Universidad de Tokio y autor principal de la investigación, comentó que este trabajo es importante para refinar las teorías existentes, pero también para desarrollar alertas tempranas de un posible evento en el futuro.

Así se llegó a un método para predecir las explosiones

Para poder realizar este estudio, los investigadores utilizaron una herramienta de simulación de supernovas de código abierto llamada CHIPS(Historia completa de supernovas impulsadas por interacción), con la que desarrollaron un modelo teórico que permitiera estudiar las erupciones emitidas por una supernova al final de su vida.

Con esta herramienta, los astrónomos lograron clasificar en dos las emisiones detectables por los instrumentos de medición de neutrinos. La primera de ellas, un breve pulso de onda de choque que dura solo unos pocos días, seguida de una descarga de enfriamiento, emisión mucho más tenue y prolongada que dura cientos de días.

Imagen de la supernova Tycho del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA

La ventaja de haber establecido dos tipos de emisiones es que ambas se pueden observar a través de telescopios de infrarrojos, por lo que a pesar de por lo pronto ser un modelo matemático, también sirven como indicadores para determinar si una estrella va a explotar y se va a convertir en supernova.

Falta mucho para ver uno de estos eventos

Por lo pronto, la única candidata en la que se puede llegar a aplicar este modelo es en Betelguese, la novena estrella más brillante del cielo nocturno, que ha formado parte de la constelación de Orión durante los últimos 10 millones de años, misma que se creía estaba en proceso de explotar y convertirse en supernova por una pérdida repentina de su brillo.

A pesar de que  Betelguese, que se encuentra en una etapa de gigante roja y “en el final de su vida”, no se espera que explote hasta dentro de unos 100,000 años según un nuevo estudio, se abre la puerta para contar con nuevos indicios al momento de buscar este tipo de este tipo de estrellas, permitiendo estudiar mejor las emisiones que generan y aprender eventualmente más sobre estos cuerpos celestes.

Imagen | ESO/M. Kornmesser

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