La compañía Astrobotic Technology ha presentado oficialmente su módulo de aterrizaje lunar (casi completo) "Peregrine", que se está ensamblando para el Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, mismo que busca regresar a la Luna después de casi 50 años de las misiones Apolo.
Este vehículo llevará como parte de sus 24 cargas útiles una que pertenece a México y en específico a la UNAM: la misión Colmena, una serie de pequeños robots autónomos de dos ruedas que tienen el objetivo armar estructuras en el satélite, y al mismo tiempo analizar el polvo lunar para producir oxígeno y metales.
La fecha de la misión ha cambiado desde el anuncio hecho por la UNAM, pues originalmente estaba programada para realizarse a mediados de 2021, mientras que a principios de año la Universidad compartió una ventana de lanzamiento que se abriría en el mes de junio.
Sin embargo, ahora la compañía durante la presentación del módulo, ha informado que el despegue está previsto para realizarse en el cuarto trimestre del año, es decir, a finales de 2022.
Esto llevará el Peregrine al satélite
El módulo viajará a bordo de un cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance, que llevará 24 cargas útiles hasta la superficie de la Luna, entre las que hay instrumentos científicos de tres agencias espaciales nacionales, 11 de ellos de la NASA, un rover de la Universidad Carnegie Mellon, además de varias cargas útiles de compañías comerciales y mensajes culturales de personas en todo el mundo.
Se espera que durante las próximas semanas estas cargas sean instaladas en el módulo, pero ya se encuentran integradas en la cubierta de vuelo de Peregrine. Además falta integrar paneles solares, dos tanques de combustible, mientras que los motores están "casi terminados" y pronto se agregarán también, de acuerdo con John Thornton, director ejecutivo de Astrobotic.
Una vez que termine el proceso de ensamblado, se realizarán en el vehículo una serie de pruebas ambientales antes de enviarlo a Cabo Cañaveral en Florida, para que inicien sus preparativos vinales antes del lanzamiento.
El reto de los robots de la UNAM
En el caso de la misión Colmena, recordemos que el programa se anunció a principios de febrero, con la intención de demostrar la factibilidad de construir estructuras sobre superficies planetarias usando robots auto-organizados.
Los robots miden 10 centímetros de diámetro y tienen menos de 60 gramos de masa, donde integran computadoras, sensores de corriente, voltaje, proximidad, temperatura, direcciones y capacidad electromagnética, además de ser resistentes a temperaturas extremas.
Los robots serán desplegados del módulo aproximadamente dos días después del aterrizaje del módulo Peregrine, pues deben esperar a que se asiente el regolito levantado por el mismo y que se alejen dos rovers que pueden poner en riesgo a los de Colmena.
Una vez sea su turno, serán lanzados usando una catapulta para luego conectarse y ensamblar un panel solar capaz de generar energía, además de estudiar el regolito, su temperatura, sedimentación y otras características.
La misión Colmena tuvo una inversión de aproximadamente seis millones de pesos para la fabricación de los robots, más otros siete millones dedicados al lanzamiento.
Una vez despegue, el cohete tardará entre tres y cinco días para llegar a la Luna, dependiendo de su posición, y permitirá demostrar las capacidades espaciales de México además de abrir la puerta a otros proyectos, como rovers capaces de producir oxígeno y hasta que mexicanas o mexicanos lleguen a pisar el satélite en un futo no muy lejano.
Imágenes: Astrobotic
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