El consejo encargado de la Agencia Espacial Europea (ESA), informó que luego de realizar una revisión exhaustiva de las actividades realizadas actualmente en cooperación con Rusia, y derivado de la agresión a Ucrania, han decidido suspender la colaboración para las próximas misiones de exploración en la Luna.
De acuerdo con el comunicado de la ESA, las actividades de cooperación para las misiones Luna-25, 26 y 27 serán detenidas, de la misma forma que se hizo en el proyecto ExoMars, ya que la situación actual hace imposible el trabajo conjunto por la agresión y las sanciones impuestas contra el país.
Sin embargo la Agencia también señala que sigue siendo "de vital importancia" la ciencia y la tecnología para las misiones, por lo que ya han asegurado una segunda oportunidad de vuelo a bordo de una misión de Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CPLS) de la NASA para la misión Luna 27 y se está adquiriendo una oportunidad de vuelo alternativa para los sistemas de navegación planteados para Luna-25.
¿En que consisten las misiones Luna de la ESA?
Con estos tres proyectos por parte de la Agencia Espacial, se tiene la intención de desarrollar dos módulos de aterrizaje y un orbitador.
Con el Luna-25 (programado para lanzarse a mediados de 2022) se tomarán imágenes del terreno con una cámara European Pilot-D, diseñada específicamente para el momento del aterrizaje, usando los datos recopilados para que la ESA aterrice en el satélite nuevamente "con alta precisión y evite peligros" usando tecnología europea.
Dos años después, el orbitador Luna-26 será enviado alrededor del satélite para hacer mediciones científicas remotas y como posible relevo de comunicaciones para la misión de aterrizaje que le seguirá.
Tras un año de espera, será lanzado el Luna-27, un módulo de aterrizaje más grande que su predecesor, el Luna-25, mismo que volará a un sitio de aterrizaje "más desafiante" cerca del polo sur lunar usando un sistema de navegación europeo llamado Pilot.
Este equipo óptico procesará imágenes de la superficie con una computadora dentro de la nave espacial, identificando puntos de referencia como cráteres durante el descenso y los comparará con una base de datos, usando toda la información para encontrar un enfoque "ideal" para su aterrizaje final en la Luna, y estudiar así la composición del suelo cerca del polo, buscando concentraciones de agua congelada.
No es el primer conflicto de Rusia con el continente europeo
Europa por lo pronto ha tenido que suspender el lanzamiento de la misión ExoMars con rumbo a Marte, que estaba programada para realizarse en septiembre, por la necesidad de utilizar cohetes Proton rusos.
Para esta misión Rusia también proveería la plataforma de aterrizaje Kazachok en la que el rover bajaría rumbo a la superficie marciana, mismo que aún está en duda si tendrá que ser desarrollado nuevamente desde cero.
El país ruso a principios de marzo también se había negado a lanzar los satélites de OneWeb, competencia de Starlink, derivado de las sanciones impuestas por Reino Unido tras el inicio del conflicto armado en Ucrania, mientras que a bordo de la Estación Espacial Internacional, la Roscosmos decidió parar los experimentos conjuntos con Alemania.
Imagen: NASA