Científicos del Laboratorio Nacional Ames en Estados Unidos probaron con éxito la existencia de un superconductor no convencional (llamado miasita) que se puede encontrar en la naturaleza. Este descubrimiento abre nuevas fronteras en el campo de la superconductividad, pues las características innatas de la miasita desafían las teorías convencionales del ramo.
De acuerdo con el artículo publicado en Nature, esto no solo tiene implicaciones en la electrónica y física de los materiales, sino también en el comportamiento geológico de nuestro planeta.
Pero, antes que todo, ¿qué es la superconductividad? Se trata de un fenómeno físico en el cual ciertos materiales, cuando se enfrían a temperaturas extremadamente bajas, pierden la resistencia eléctrica. Esto significa que, idealmente, pueden transmitir electricidad sin disipar, por lo que no tienen pérdida energética. Además, presentan fenómenos magnéticos poco convencionales, como el efecto Meissner, en el cual el campo magnético dentro del interior de un objeto es expulsado fuera de sus paredes.
La superconductividad tiene muchas aplicaciones en la ciencia, tecnología e industria. Uno de ellos es la fabricación de imanes, transmisión de electricidad sin pérdida o la creación de electrónicos de alta sensibilidad. Uno de los proyectos científicos más importantes en el mundo es el CERN, conocido por la popular "Partícula de Dios", dentro del cual se utilizan muchos electromagnetos superconductores para generar los campos magnéticos necesarios para las colisiones de partículas.
Volviendo a la miasita. Este material, que se puede conseguir en la naturaleza, pero que se cultiva en laboratorio para asegurar su pureza, es un superconductor no convencional (SCN).
Un caso no convencional
La convencionalidad o no convencionalidad de los superconductores es un tema complejo y complicado dentro de la física, por lo que de momento solo nos quedaremos con que un SCN es aquel que lleva al límite las teorías y paradigmas que tenemos sobre este fenómeno, tales como la presencia de nodos en su función de brecha (que afectan la termodinámica interna del material) o la presencia de diferentes simetrías en la misma función.
Encontrar un superconductor no convencional, que además esté presente en la naturaleza, tiene múltiples beneficios dentro del campo de la investigación. El primero de ellos es el más evidente: avances en la comprensión de la superconductividad.
Al contar con un material como la miasita, tenemos una nueva fuente de estudio para este fenómeno físico y su relación con diferentes configuraciones electrónicas y cristalinas. La presencia de no convencionalidad también es altamente valiosa, pues no son materiales tan comunes de tal manera que se puede estudiar una arquitectura diferente que provoca superconductividad.
Superconductividad e historia de la Tierra
Además, también amplía nuestro conocimiento sobre superconductores naturales. El artículo señala que, hasta ahora, la miasita es el único material que se puede encontrar en la naturaleza que presenta superconducividad no convencional.
"[Estos materiales] son productos de la química sintética en estado sólido y no se encuentran en la naturaleza. Nuestro trabajo establece al Rh17S15 como un miembro único de los superconductores no convencionales, siendo el único ejemplo que se presenta como mineral natural".
Este mineral es un ejemplo único de superconductividad y comprender cómo se forma en la naturaleza proporciona información realmente valiosa sobre los entornos naturales, procesos geológicos y físicos de la Tierra que dan lugar a la formación de materiales similares.
De acuerdo con lo recopilado por Popular Mechanics, los depósitos de miasita pudieron formarse a la par que la configuración final de nuestro Sistema Solar, calculado hace aproximadamente 4,500 millones de años. Y es que la formación de los materiales más extraños se debe, en gran parte, a los caóticos primeros millones de años de nuestro planeta, en los que las condiciones geológicas y climáticas eran realmente extremas.
Solo el tiempo dirá si la miasita termina siendo un superconductor viable para su utilización en proyectos de importancia, aunque por ahora sí que le dará con qué divertirse a los científicos de materiales y superconductores.
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