Una reducción de hasta una tercera parte en los costos de combustible es lo que promete BAR Tech WindWings, un innovador sistema eléctrico de “velas” desarrollado por Cargill y BAR Technologies. Gracias al aprovechamiento de la energía eólica, las emisiones de CO2 también podrían verse reducidas en toda la industria y transporte marítimos, de acuerdo con las estimaciones de los desarrolladores.
Han pasado cerca de 200 años desde la era dorada de la navegación a vela, y desde un enfoque totalmente nuevo, las industrias buscan volver a usar el viento como su gran aliado en el transporte marítimo, esta vez echando mano del avance tecnológico del siglo XXI para implementar energías renovables.
La propuesta de BAR Technologies consiste en la instalación de “Windwings”, velas tecnológicas que serían instaladas en la cubierta de los buques, las cuales son desplegables cuando no están en uso. Además, su sistema automatizado pretende reducir costos en operación.
El elegido para la instalación de las primeas velas fue el "Pyxis Ocean", un buque de cinco años perteneciente a Mitsubishi Corp. y que la multinacional agroindustrial Cargill se encarga de operar. El astillero chino COSCO instaló dos de estas velas de 37.5 metros de alto dentro del buque.
Esta iniciativa figura como una de las más esperadas por la industria marítima, que no solo enfrenta el constante reto del alza en combustibles, cuyo precio alcanza los 800 dólares canadienses por tonelada, sino también la búsqueda de una reducción a los contaminantes derivados de las emisiones de fueloil pesado (HFO).
El "Pyxis Ocean” ya zarpó. Su misión es transportar granos desde China hasta Brasil, en un viaje que será monitoreado en todo momento para recopilar los datos de ahorro en tiempo, combustible y emisiones de CO2 con respecto a un viaje sin asistencia eólica. Se espera que este primer viaje logre una mejora del 30% en combustible gracias a las Windwings.
En promedio, en una ruta global, podrían ahorrar hasta 1.5 toneladas de combustible por WindWing al día, con la posibilidad de incrementar esa cifra aún más en rutas transoceánicas.
Para Jan Dieleman, presidente de la división Transporte Marítimo de Cargill, los retos son claros:
“Si queremos que el transporte marítimo internacional cumpla su ambición de reducir las emisiones de CO2, la innovación debe tomar la delantera. El viento es un combustible que casi no tiene costos marginales y la posibilidad de reducir las emisiones, junto con un aumento significativo de la eficiencia en los gastos de explotación de los buques, es considerable”.
El objetivo último será que, una vez recibido el reporte del “Pyxis Ocean”, e implementadas las mejoras, el sistema de Windwings sea aplicado en la flota de Cargill, y llegue como una opción viable para la industria marítima global.
"Si no vamos a tener sorpresas reales, definitivamente vamos a escalar esto. La pregunta es un poco cómo y cuándo", dijo Dieleman refiriéndose a otros barcos que podrían usar y que probablemente sean de nueva construcción.
Una vez que las predicciones sean confirmadas, y los problemas que esta prueba evidencie se resuelvan, BAR Technologies y Yara Marine Technologies buscará construir cientos de velas en los próximos cuatro años; adicionalmente, se investigan maneras de hacer que los cascos sean más hidrodinámicos.
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