Los paneles solares han ganado popularidad, convirtiéndose no solo en una excelente alternativa para la producción de energía limpia, sino también en un nuevo objetivo para los hackers.
De acuerdo con un reporte de Bloomberg, el consultor de seguridad Vangelis Stykas, quien también es un "white-hat hacker", ha identificado varios puntos vulnerables en los paneles solares y en la red eléctrica a la que están conectados.
Uno de los aspectos más preocupantes es que, según sus declaraciones, solo necesitó una computadora y un teléfono celular para evadir los firewalls de los paneles en distintas partes del mundo, logrando así acceso a grandes volúmenes de energía e incluso afectando la estabilidad de la red eléctrica.
Una vulnerabilidad que no para de crecer
El crecimiento de la infraestructura dedicada a la energía solar ha implicado la incorporación de múltiples puntos adicionales en la red, lo que ha generado una vulnerabilidad masiva que puede ser aprovechada por los hackers.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía, el número de ciberataques semanales a empresas de servicios públicos se duplicó en solo dos años. En la Unión Europea, más de 200 ataques dirigidos a la infraestructura energética fueron registrados en el mismo periodo.

Si bien no hay un único motivo detrás de estos ataques, algunos de los factores principales incluyen el pago de rescates y el sabotaje para dejar a regiones enteras sin electricidad. También existen razones más extremas, como los conflictos bélicos, ejemplo de ello es la guerra en Ucrania.
Algunos casos recientes ilustran la magnitud del problema. En Japón, un grupo de hackers robó los datos bancarios de una empresa de energía solar tras comprometer alrededor de 800 dispositivos de monitoreo remoto instalados en sus paneles solares.
El riesgo de seguridad
El mercado de los paneles solares seguirá expandiéndose, especialmente debido a la reducción de costos, lo que los hará aún más accesibles. Según la AIE, se estima que más de 100 millones de hogares en todo el mundo dependerán de sistemas fotovoltaicos para 2030.
Para hacer frente a esta amenaza, tanto la OTAN como la Unión Europea han desarrollado simulacros para analizar y corregir vulnerabilidades en la infraestructura energética. Ejemplos de estos proyectos incluyen Locked Shields y Cyber Europe.

Adicionalmente, la Unión Europea ha implementado regulaciones que exigen a las empresas reforzar sus sistemas de seguridad en un plazo de 18 meses. Algunas compañías, tanto públicas como privadas, ya han comenzado a emitir reportes de seguridad para corregir fallos en el software de sus dispositivos conectados.
Los conflictos entre países
El problema no solo afecta a los consumidores y a los paneles solares instalados en sus hogares, sino que también tiene implicaciones geopolíticas. Actualmente, diversos ciberataques entre países están dirigidos a la infraestructura energética. Rusia y China, por ejemplo, han sido señalados en múltiples informes sobre este tipo de operaciones.
Ante esta realidad, la OTAN ha dejado claro que depender de un solo país para la provisión de materiales renovables no es una estrategia viable a largo plazo. Los expertos en ciberseguridad advierten que garantizar la protección de estos equipos podría ralentizar la transición hacia energías renovables si no se logra solucionar el problema en el corto plazo.
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