JT-60SA es la denominación de un reactor de fusión nuclear experimental tokamak confinado magnéticamente, ubicado en Naka, Japón. Su construcción inició en enero de 2013, pero no desde cero, pues está basado en el reactor JT-60, su predecesor.
La máquina entró en funcionamiento en 1985 y durante más de tres décadas ha logrado grandes avances dentro del campo de la energía de fusión. El montaje de la versión JT-60SA se terminó a principios de 2020, para que los científicos pudieran realizar pruebas de plasma.
Este reactor se caracteriza por tener cooperación entre Europa y Japón, tanto para la configuración y su operación, en un proyecto conjunto que hasta ahora se encuentra funcionando de acuerdo a lo previsto.
Los éxitos hasta ahora
El reactor ha logrado varios avances importantes en los últimos meses, siendo el más reciente, y posiblemente el de mayor relevancia, el alcanzado en agosto de 2023.
Los ingenieros que trabajaron en la máquina pudieron enfriar de forma exitosa el motor magnético del reactor, una tarea bastante difícil debido a las temperaturas extremadamente bajas necesarias para que los imanes y el solenoide central (un imán enrollado en forma de cilindro por el cual, cuando pasa una corriente eléctrica, puede crear un campo magnético en su interior) alcancen la superconductividad.
En el siguiente paso, se requería poner en marcha el reactor para poder realizar la primera prueba de plasma. Este experimento se completó con éxito por los ingenieros, que en las próximas semanas se seguirán estudiando los resultados obtenidos y realizando más evaluaciones.
La meta del JT-60SA
El objetivo final es demostrar que los imanes superconductores, encargados de confinar el plasma a temperaturas muy elevadas, se comportan de forma estable cuando son alimentados por una corriente muy elevada.
Además, en esta fase los investigadores también realizarán otras comprobaciones fundamentales, entre ellas, la capacidad de controlar la forma del plasma y analizar las impurezas que se acumulan en el núcleo del reactor.
Cuando el reactor esté en pleno funcionamiento, el JT-60SA podrá sostener un plasma de núcleos de deuterio durante aproximadamente 100 segundos, lo que permitiría, al menos de forma teórica, minimizar las pérdidas de energía en el núcleo del reactor, contribuyendo así a la estabilización del plasma.
En las últimas fases experimentales del JT-60SA, se tiene como objetivo encontrar los parámetros de funcionamiento óptimos del comportamiento del plasma en tiempo real, gestionando así el transporte de impurezas.
Como último objetivo, se buscará preparar y mitigar posibles riesgos, pues, si todo va según lo planeado, las pruebas de baja y alta potencia comenzarán en 2028 y 2032, respectivamente, por lo que el JT-60SA tendrá un papel invaluable para lograrlos.
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