Este reactor de fusión nuclear es el más grande del mundo, al fin está terminado: aún así le faltan otros 15 años para que funcione

El reactor de fusión ITER, ubicado en Francia, es actualmente el más grande del mundo. Los ingenieros detrás de él ya han completado su construcción, pero a pesar de este logro, los científicos encargados del proyecto han revelado que tardarán al menos otros 15 años en que funcione.

Se trata del reactor de fusión del proyecto Internacional de Energía de Fusión (ITER), que tiene 19 enormes bocinas conectadas en bucle a imanes toroidales. Se esperaba que tuviera su primera prueba completa en 2025, pero esta, como muy temprano, llegará en 2039.

En otras palabras, el reactor tokamak de vanguardia no podrá contribuir significativamente a resolver los problemas provocados por la crisis climática.

Su gran costo de desarrollo

Entre sus características destaca el imán más poderoso del mundo, que le permite producir un campo magnético de hasta 280,000 veces más fuerte que el que protege a la Tierra.

Además de su diseño, su precio también es impresionante. Se tenía previsto que originalmente costara unos 5,000 millones de dólares y que entrara en funcionamiento en 2020.

Sin embargo, durante su construcción sufrió múltiples retrasos, con su presupuesto superando los 22,000 millones de dólares, más otros 5,000 millones adicionales para cubrir otros costos.

Estos gastos adicionales son los que causan que ahora experimente un nuevo retraso en su inicio de funciones de hasta 15 años.

La ciencia en la fusión nuclear

Aprovechar la energía de la fusión nuclear no es nuevo, pues los científicos han estudiado durante más de 70 años cómo funciona el proceso por el que se queman las estrellas.

Este se da al fusionar átomos de hidrógeno para formar helio bajo presiones y temperaturas extremadamente altas. Las estrellas convierten la materia en luz y calor, lo que produce enormes cantidades de energía con dos beneficios: sin gases de efecto invernadero ni residuos radiactivos de larga duración.

Plasma sobrecalentado en el interior del reactor tokamak EAST

Sin embargo, reproducir estas condiciones no es tan fácil como parece. Para hacerlo, normalmente se utilizan reactores de fusión tokamak, que sobrecalientan el plasma, uno de los cuatro estados de la materia, formado por iones positivos y electrones libres con carga negativa, que luego se atrapan en una cámara de reactor con forma de rosquilla y con grandes campos magnéticos.

Esto presenta algunos retos, pues se requiere que el plasma esté a temperaturas suficientemente altas como para fusionarse. Los reactores deben alcanzar temperaturas mucho más altas que el Sol, ya que operan a temperaturas mucho más bajas de las que se encuentran dentro de los núcleos de las estrellas.

Imagen de la mecánica de fusión dentro del núcleo

Por ejemplo, en el caso del Sol, su núcleo alcanza temperaturas de aproximadamente 15 millones de grados Celsius, pero con presiones de 340 mil millones de veces la del aire a nivel del mar.

A estas temperaturas, manejar el plasma es "fácil", pero se requieren formas de controlarlo para que no se queme ni el reactor ni que se desequilibre la reacción de fusión, algo para lo que se utilizan láseres o campos magnéticos.

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