La industria de la energía solar china enfrenta una crisis. A pesar de que el gigante asiático lidera el mercado global y supera a cualquier otro país dentro del sector, muchas empresas enfrentan pérdidas económicas después de 20 años de crecimiento continuo.
El problema: la sobresaturación. Gracias al auge en la capacidad de producción de paneles solares, las fábricas de estos y otros componentes fotovoltaicos se han visto obligadas a tener que aplicar una disminución de los precios y de los márgenes de ganancia. En pocas palabras, la oferta supera a la demanda.
Estancamiento y ayuda del gobierno, así el panorama de la industria solar
Llega la nueva Era del Hielo, ahora en el sector fotovoltaico. El ejemplo de esta situación no es nadie más que GCL Technology, la segunda mayor empresa de energía solar en China y una de las más destacadas del sector energético. A tal grado ha llegado la situación que ha tenido que solicitar asistencia estatal.
Zhu Gongsha, fundador de GCL, señala que los precios a lo largo de toda la cadena de producción, desde el silicio hasta los módulos fotovoltaicos, han caído por debajo de su costo. Traducido: las empresas pierden dinero en cada venta.
GCL demanda una intervención del gobierno. Primero que nada, debemos tomar en cuenta que China representa el 60% de la capacidad mundial de energía solar renovable.
Sin embargo, el problema se agrava debido al aumento de los aranceles en Estados Unidos y las recientes investigaciones de la Unión Europea sobre presuntos subsidios injustos de Beijing. Combinar todos estos factores, resulta en un impacto negativo en las exportaciones, lo que agravará aún más la crisis.
Bajo el argumento de que la industria solar china "ha entrado a una Era de Hielo", Gongsha ha solicitado con urgencia la intervención del gobierno de su país para salvarla. Aún con todo y el dominio del 80% de la producción global, importantes fabricantes como Longi y Trina Solar empezaron a cerrar sus líneas de producción debido a las complicadas condiciones del mercado.
Medidas de apoyo desde Beijing. La respuesta del gobierno a la crisis ha sido rápida. China continuará con inversiones en proyectos solares nacionales y reducirá las tarifas en la industria con el propósito de mitigar el exceso de oferta.
Aunque se anticipa que la crisis continuará al menos hasta el final de esta década, es claro que energía solar se perfila como el futuro de la industria. Dentro de un panorama donde el carbón y el petróleo han quedado rezagados por cuestiones climatológicas, podemos esperar a que nuevas compañías se sumen a lo hecho por China. No obstante, desconocemos si caerán en el mismo error.
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