Éramos felices y no lo sabíamos: muchos de los productos y servicios que consumimos vía internet nunca tuvieron el 16% de IVA, así que era solo cuestión de tiempo para que el bien conocido Impuesto al Valor Agregado (IVA) llegara hasta los lugares más recónditos de nuestra vida digital.
La discusión no es nueva, y tampoco se limita al IVA. Antes se ha discutido sobre impuestos extras para productos y servicios en internet. Pero para el último cuatrimestre de 2019 en México se decidió dejar esa discusión a un lado, e integrar al paquete fiscal de 2020 normas para asegurar que empresas tecnológicas en México reportaran el IVA por cada transacción que hicieran con clientes.
El plazo era de solo medio año: empresas tecnológicas tendrían que operar con las nuevas normas a partir del 1 de junio. Google, Mercado Libre, y otras empresas que conforman la ALAI no estuvieron conformes, y pidieron un periodo de adaptación de un año. En Senado la propuesta se platicó, pero no se aprobó. El SAT también debería trabajar a marchas forzadas, pues tendría que aprobar para enero del 2020 el reglamento específico de aportaciones de IVA e ISR.
¿Con qué se come el IVA?
El dictamen con las reglas para impuestos a tecnológicas provino de Hacienda y se aprobó primero en Cámara de Diputados y luego Cámara de Senadores en el mes de octubre.
El IVA es el Impuesto al Valor Agregado, y es esencialmente una tasa por consumo de productos y uso de servicios. Es un impuesto indirecto, puesto que los consumidores lo perciben en el precio en sus compras, pero en realidad lo pagan a empresas que a su vez lo reportan al fisco. Quienes venden productos y servicios suelen considerarlo en los montos de producción, y luego trasladarlo al usuario final.
Este es el por qué desde las primeras propuestas, Secretaría de Hacienda sí anticipó que las normas para que tecnológicas aumentaran IVA a sus transacciones tendría que ser pagado, al final, por el usuario. No obstante, especialistas como Gonzalo Rojo, director asociado de 'The Competitive Intelligence Unit' decía en aquel entonces que empresas podrían optar por absorber la totalidad o parte del aumento vinculado al "nuevo" 16%.
Sabíamos que el impuesto se acercaba, pero no cómo las empresas reaccionarían.
Eso es lo que pasa con Netflix. Netflix está aumentando el 16% en sus paquetes intermedio, y más completo, pero en el paquete más básico decidió absorber parte del impacto y el precio solo tuvo un alza del 8%. Así, su paquete más básico solo subió 10 pesos, de 129 pesos a 139 pesos. Los otros diez pesos correrán a cargo de la empresa. La razón por la que eligió favorecer a solo parte de sus clientes no es clara, pero no es difícil suponer que algo tiene que ver con que el 8% de su paquete más elemental es menos que el 8% del resto de paquetes.
Las alzas por venir serán de un generalizado 16%, pero existe la posibilidad de que ciertas empresas decidan absorber el impacto, para así no perder usuarios.
Y está el asunto de las deducciones. En México el IVA de productos o servicios que se relacionan con la actividad laboral de un consumidor, pueden ser deducidos. Eso significa que el profesional recupera el IVA de una compra, siempre y cuando la compra esté relacionada con el ámbito de su actividad laboral. Ahora que queda claro que todas las empresas tecnológicas tienen que cobrar el correspondiente a 16% de IVA, ese monto se vuelve sujeto a ser deducible, siempre y cuando cumpla con las condiciones detalladas.
Plataformas de streaming como Netflix estuvieron en el ojo del huracán desde el inicio: tienen trato directo con usuarios, llegan principalmente a niveles socioeconómicos medio y alto, y tienen principalmente fines de entretenimiento. Pero además de las plataformas de streaming están consideradas todas las demás que tengan actividad en la red, incluyendo las que tengan fines educativos, punto que fue constante tema de discusión en el congreso durante meses.
Más allá de la afectación al usuario final (que además está en cuarentena), está el asunto de los pequeños desarrolladores. Rojo ya vaticinaba que serán ellos los que tendrán más dificultades para absorber impuestos, de manera que son los más vulnerables a verse obligados a subir de precios sus servicios, y por lo tanto ser menos competitivos.
El IVA no es el único: entra el temido ISR
Lo aprobado en el Congreso de la Unión se puede dividir en cuatro apartados:
- IVA de 16%, igual al nacional, en todas las transacciones de compra
- Retención de ISR de entre 2% y 8%, en los servicios de transporte terrestre y envío de bienes
- Retención de entre 2% y 10%, dependiendo de ingresos, para servicios de hospedaje como Airbnb
- Retención de entre 0.4% y 5.41% para enajenación de bienes y prestación de servicios, como Amazon y Mercado Libre
Los anuncios de Netflix y PlayStation de este jueves 7 de mayo obedecen al primer apartado, el que se refiere a IVA. Además empresas que se dediquen al transporte terrestre tendrán que comenzar a hacer retenciones a sus propios conductores. De hecho, Uber ya formaba parte de una prueba piloto desde el 2018, cuando se les a los conductores la posibilidad de que la empresa hiciera sus declaraciones de ISR.
El tercer punto es el que tiene que ver con Airbnb. Al igual que anterior, las retenciones dependerán del nivel de ingresos de quien se anuncia a la plataforma.
Las tasas de retención en plataformas de comercio electrónico también varían, pero el tema es un poco más complejo. Una de las quejas más constantes sobre el tema es que la retención solo puede hacerse sobre el monto total de la transacción, y no sobre la ganancia del vendedor que comercializa a través de plataformas como Amazon y Mercado Libre.
De esta manera, las plataformas tendrán que retener hasta el 5.4% (para el caso de comerciantes que tengan ingresos de más de 100,000 pesos). Ahora, vendedores ahora verán que parte de su flujo de caja (el necesario para hacer recompras y volver a vender) será retenido en automático.
En realidad el ISR es un impuesto sobre ganancias, no sobre transacción (como sí el IVA). El problema es que cuando se trata de comercio electrónico no hay forma de saber rápidamente cuál es la ganancia de un vendedor por producto, así que la alternativa ha sido hacer las retenciones sobre toda una transacción. El resultado no es solo que vendedores verán disminuidos sus flujos de caja, sino que también tendrán que hacer más solicitudes de devoluciones de ISR al SAT.
Estas son las tasas de retención para vendedores de comercio electrónico.
La idea detrás de las nuevas políticas para gravar la economía digital, es que todos los sectores deben contribuir al erario, cuanto más si se trata de la industria tecnológica de la que, dicen en el Senado, se estiman iutilidades de más de 150 mil millones de pesos.
Los aumentos que vemos es apenas la primera parte de la discusión. La economía digital es tan global, que se necesitan acuerdos entre países para decidir cómo incentivar impuestos, sin caer en fugas de capitales, o efectos como la doble tributación, en donde empresas terminan por pagar impuestos que antes ya han pagado en otros países.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lleva algún tiempo discutiendo cómo hacerlo. Cual sea que fuera el resultado, México se ceñirá el resultado.
Imagen | ITLAB
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