Trabajar cuatro días a la semana por el mismo sueldo que por cinco es un sueño para prácticamente todos los empleados. Aunque pueda parecer algo lejano, algunas empresas ya han realizado pruebas piloto para comprobar su viabilidad.
Un ejemplo se dio en Portugal, donde se llevó a cabo un experimento que inició en junio de 2023 y duró seis meses, concluyendo en noviembre, con menos de un cuarto de las empresas que lo comenzaron.
La prueba fue impulsada por el economista Pedro Gomes y la investigadora de Recursos Humanos Rita Fontinha, quienes planearon estudiar la eficiencia y productividad de una semana laboral de cuatro días. Este modelo reducía la jornada semanal en 12 horas sin recortes salariales ni soporte financiero del Estado.
Los beneficios de este modelo
Los resultados fueron bastante interesantes. Por un lado, el 30% de los empleados mejoró su salud mental y física, además de registrarse un descenso en el agotamiento y el estrés.
También se incrementó en 11 minutos la media de tiempo de sueño, y el 93% de los encuestados manifestaron estar encantados de mantener este estilo de jornada laboral.
Desde la perspectiva empresarial también hubo beneficios. Los beneficios se incrementaron un 12% y el 72% de las empresas participantes aumentaron sus ganancias, mientras que el 68% incrementó sus ingresos, en gran parte gracias a los cambios en su manera de producción, lo que les permitió mantener este tipo de modelo.
Un futuro prometedor para el modelo
Sin embargo, de las 120 compañías que inicialmente mostraron interés en el modelo, solo participaron 100, apenas 41 llegaron a la primera fase del proyecto, y únicamente 21 de ellas completaron los seis meses de prueba.
Algo sorprendente es que, una vez concluido el experimento, 11 de las compañías decidieron mantener el mismo formato. De estas, cuatro volvieron al modelo de cinco días laborales, mientras que el resto optó por un estilo mixto, cuyo funcionamiento no se ha revelado completamente.
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