Crear una inteligencia artificial para el bien público es lo de menos, lo que le importa a Sam Altman y a OpenAI es generar dinero, dice Musk. Esa no es una afirmación del todo nueva; es la nueva justificación para la más reciente demanda contra el titán de la IA y creador de ChatGPT. Una demanda que, por cierto, también es muy familiar.
En febrero pasado, Musk presentó prácticamente el mismo documento de demanda. Luego, en los siguientes meses, Musk dedicó varias publicaciones a X a cuestionar cómo fue que OpenAI pasó de ser una empresa sin fines de lucro al nuevo rey de Sillicon Valley cuando se trata de inteligencia artificial.
Eso no pudo haber pasado sin un muy lucrativo acuerdo con Microsoft. Musk ayudó a fundar OpenAI, pero abandonó el timón antes de que OpenAI estallase en valor.
Sorpresivamente, en junio pasado, la demanda fue abandonada 24 horas antes de la primera audiencia. La lectura entonces fue que Musk habría conseguido publicidad buena de la demanda, pero que su base legal era escueta, según dijo a CNBC el especialista Kevin O'Brien.
El problema es que se acusaba a OpenAI de ser precisamente una empresa de carácter privado que tiene el único interés de generar más dinero. Esa descripción encaja perfectamente con básicamente toda organización privada con fines de lucro.
Conflicto de interés
Dicho sea de paso, Musk tiene su propia subsidiaria que pretende ser rival de OpenAI. xAI es su nombre y su producto estrella es Grok, la IA generativa incorporada ya en X. Dado el respaldo de Elon Musk, no es de extrañar demasiado que su ronda inicial de inversión haya cerrado en más de 6,000 millones, lo que le dio una valuación de 18,000 millones, según cifras de Bloomberg. En resumen, Musk de verdad quiere entrar al negocio de la IA.
La nueva demanda contra OpenAI apenas comienza. No está claro si es un truco comercial, publicitario, o si esta vez Elon Musk tiene la intención de llevarla hasta sus últimas consecuencias. Según Reuters, un fallo en contra de OpenAI lanzaría al estrellado a xAI, así que ciertamente hay dudas sobre un potencial conflicto de interés para Musk.
De ocurrir lo contrario, OpenAI sería confirmada, ahora legalmente, como el rey de la inteligencia artificial.
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