Sí, puede que Estados Unidos haya impuesto restricciones a China que limitan su acceso a tecnología de chips de inteligencia artificial. Sin embargo, eso no parece frenar al gigante asiático, y menos a su principal fabricante de semiconductores, SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corp).
De acuerdo con South China Morning Post, la empresa alcanzó ingresos trimestrales de 2,170 millones de dólares en el tercer trimestre. Esto representa un incremento del 34% internaual. Según el medio, esto se debe a la demanda interna de los llamados "chips tradicionales de segunda generación".
Avances en chips de siete nanómetros, el arma secreta de China
La empresa se ha posicionado como líder indiscutible en el mercado chino para la producción de chips de siete nanómetros. Gracias a esto, su capacidad de producción llegó a las 844,250 obleas de ocho pulgadas al mes, con un índice de utilización del 90.4%, la cifra más alta en los últimos seis trimestres.
Además, el 86.6% de los ingresos de SMIC provienen de dentro de China. Esto refleja el cambio de estrategia en la empresa, pues se ha orientado en el mercado interno tras las sanciones impuestas por Estados Unidos, apostando tanto por clientes como por proveedores nacionales.
Con SMIC, China ha logrado dar un paso importante en la fabricación de chips avanzados. Haciendo uso de la tecnología de patrones múltiples, fabricó el chipset Kirin 9,000 para los teléfonos Mate 60 de Huawei. Según el medio chino, esto ha encendido las alarmas en Washington, a la vez que comienza a generar especulaciones sobre la efectividad de sus restricciones hacia el país asiático.
La guerra por los semiconductores
En 2020, Estados Unidos impuso restricciones que impactaron a empresas clave como Huawei y SMIC. Estas sanciones se centraron en bloquear el acceso de China a tecnologías avanzadas, argumentando preocupaciones de seguridad nacional. En particular, el veto prohibió a las compañías estadounidenses vender equipos y semiconductores a Huawei sin una licencia especial, afectando su capacidad de obtener chips avanzados necesarios para sus dispositivos.
En diciembre de ese año, Washington incluyó a SMIC en la lista negra comercial, lo que complicó su acceso a tecnología estadounidense crucial para la fabricación de semiconductores de última generación. Aunque China se ha esforzado en desarrollar su industria de manera independiente, las restricciones de Washington han ralentizado su avance en tecnologías avanzadas.
Ahora, con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, se prevé que el magnate no relaje estos controles durante su segundo mandato, sino que incluso los intensifique. Sin embargo, Wang Jiping, vicepresidente de la firma de investigación IDC China, se muestra optimista y descarta la posibilidad de algún tipo de cooperación entre los países.
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