Sin anunciarlo, Xiaomi está dejando de enviar smartphones y otros productos a Rusia, según fuentes de The Wall Street Journal

Xiaomi no es como el resto de las tecnológicas y plataformas que dejaron de enviar productos, ofrecer suscripciones y garantizar servicios dentro de Rusia, luego de la invasión a Ucrania. En los siguientes días una cascada de comunicados dejaron entrever las acciones de las empresas, pero las corporaciones chinas no hicieron mayor movimiento mediático.

Ahora, The Wall Street Journal, dice que silenciosamente varias empresas están dejando de enviar productos a Rusia, luego de las sanciones por parte de la OTAN. En específico el medio hace referencia a los casos de Lenovo y de Xiaomi, que sin hacer anuncios a medios y consumidores, tienen semanas de no haber enviado ningún producto a Rusia.

Xiaomi es el segundo fabricante más grande en Rusia, solo después de Samsung. Los envíos a ese país se han detenido por completo, según una fuente de The Wall Street Journal, en lo que es un caso similar al de Lenovo, también el segundo lugar en ventas de computadoras personales al interior de Rusia solo después de HP. A decir del reporte los envíos de Lenovo comenzaron a disminuir inmediatamente después de las sanciones de la OTAN, aunque algunos productos todavía se encuentran por las reservas de productos que tenían vendedores.

En contraste, DJI, la empresa fabricante de drones, sí anunció el mes pasado que suspendería todas las transacciones con Rusia, lo que es un "raro ejemplo de una empresa china publicitando sus actividades en relación al conflicto", dice The Wall Street Journal.

La postura ambivalente de China en torno a las sanciones a Rusia ha permeado a las tecnológicas. El Ministerio de Comercio de ese país hizo un llamado a que las empresas no se "sometan" a coerción externa, en relación a la disminución de artículos a Rusia, y también se ha instado a las empresas a no hacer "declaraciones inadecuadas". Xiaomi y Lenovo, a diferencia de DJI, han hecho caso de no emitir comunicación alguna en torno al conflicto, pero las sanciones globales parecen llegar a casi todas las tecnológicas, poco importando de que lado del mapa estén.