Casi todo el planeta va en favor de aprobar una única regulación sobre un impuesto global a empresas tecnológicas. La discusión ha estado años sobre la mesa, pero el mes pasado los países miembros del G7 por fin acordaron establecer un mínimo de 15% de impuestos de sociedades para que grandes empresas tributen en países donde reciben beneficios y comercializan sus productos. Ahora, la OCDE ha comunicado que 130 países se han unido al acuerdo, y México está entre ellos.
El acuerdo está dirigido a empresas multinacionales que fijan sus oficinas centrales en países donde tienen facilidades para rendir sus impuestos, y operan desde ahí ofreciendo productos en otros países, en ocasiones con ayuda de internet.
Nueve países todavía no se han unido al acuerdo global, pero el tema todavía será ratificado por los países miembros de la OCDE a finales de julio. El plan fijo de implementación debería estar listo para octubre, a decir de la OCDE, con vías a que se implemente para 2023. No queda claro si México logrará introducir el nuevo marco de impuestos a empresas globales y tecnológicas para el plan de impuestos del 2022, del que se tiene propuesta en septiembre y se aprueba a más tardar en noviembre.
Que las grandes empresas tributen en los lugares donde hacen sus negocios permitirá, según la OCDE, que los gobiernos generen ingresos para sus presupuestos, y que sean usados para servicios públicos necesarios y para ayudar en la recuperación después de la pandemia. El resultado del acuerdo será que 100,000 millones de dólares sean reasignados entre los países donde las empresas globales operan.
"En el interés de todos, llegamos a un acuerdo final entre todos los miembros del marco inclusivo, según lo programado a finales de este año"
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.
Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, ha dicho previamente que México buscaría incorporar el acuerdo de la OCDE en el nuevo paquete fiscal para el próximo año.
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