A partir de hoy, 13 de julio, habrá una nueva dispersión en México de polvo proveniente del Sahara. El fenómeno que se repite anualmente tiene una función fertilizadora importante en el Atlántico y en gran parte de América, pero también puede provocar síntomas respiratorios como inflamación e irritación.
El polvo ya tuvo una primera dispersión en América en el pasado mes de mayo. La Comisión Nacional del Agua prevé que a partir del 13 de julio nuevamente se haga presente en la Península de Yucatán "en concentraciones de bajas a intermedias". La nube de polvo también llegará al Golfo de México y a las costas de Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, aunque en esos casos con concentraciones bajas.
Los efectos del polvo del Sahara
El espectáculo visto desde el espacio es impresionante y alcanza solo para dar un atisbo de lo colosal que es y la importancia de sus efectos. La plasta de polvo que viaja por medio planeta solo puede hacerlo con ayuda de vientos favorables, y en el camino produce de todo: inhibe huracanes, fertiliza el océano, los suelos de América y en particular del sur del continente, pero también puede producir mala calidad del aire, agravando lo que de por sí es un problema continúo para las grandes urbes.
¿Cómo es que grandes cantidades de polvo pueden hacer todo eso? El investigador de la NASA, Santiago Gassó, explica que el polvo es rico en fósforo y nitrógeno, lo que sirve de alimento para fitoplankton y bacterias animales. Los nutrientes se distribuyen mejor cuando hay presencia de lluvia.
El impacto es tal que es crucial para el balance ecológico en el bosque del Amazonas, según sugieren investigaciones desde hace años.
El otro efecto poco tiene que ver con minerales y más con el polvo siendo transferido e impregnando al ambiente. Los huracanes solo pueden llegar a formarse gracias al ambiente húmedo, propio de las grandes extensiones de océanos, pero el polvo puede, como podría esperarse, hacer más seco el ambiente. Grandes capas de polvo pueden sentenciar a huracanes en vías de prosperar y que nunca llegaron a formarse.
El polvo, además, afecta la formación de nubes. "El polvo inhibe la convección, el proceso de humedad que sube a los niveles más altos de la atmósfera y luego precipita como lluvia", explican Jason Dunion y Cerese Albers, ambos integrantes del Análisis Multidisciplinario del Monzón Africano de la NASA.
La temporada de dispersión de polvo del Sahara en 2020 fue tan fuerte que en México hubo recomendación de usar cubrebocas permanentemente, aunque eran tiempos en que el cubrebocas ya estaba recomendado a raíz de la pandemia. Ahora, en 2022, la Coordinación de Protección Civil de Yucatán ha comunicado que no se anticipan efectos para la calidad del aire del estado, de manera que no habrá riesgos para la población.
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