Científicos de la Universidad de Virginia Occidental (WVU por sus siglas en inglés) han desarrollado un proceso para descomponer plásticos usando tecnología de microondas. El equipo, liderado por el ingeniero químico Yuxin Wang, busca revolucionar el reciclaje de plásticos, particularmente el polipropileno, un material presente en artículos cotidianos como vasos desechables o bolsas.
La innovadora técnica permite reducir el polipropileno a sus compuestos base, propileno y etileno. Este químico puede reutilizarse para crear nuevos plásticos u otros productos. Gracias a esto podría reducirse la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cómo funciona esta tecnología?
El proceso comienza con la trituración de los plásticos en pequeños fragmentos antes de someterlos a temperaturas de entre 300 y 400 °C mediante energía de microondas. Esto descompone las moléculas del polipropileno, transformándolas en olefinas ligeras como propileno y etileno.
A diferencia de métodos tradicionales, como la pirólisis, que dependen de combustibles fósiles, la tecnología propuesta por el equipo de Wang utiliza desechos plásticos como materia prima. Además, el método consume casi la mitad de la energía necesaria para fabricar plástico nuevo, lo que lo convierte en una alternativa más limpia y eficiente.
Srinivas Palanki, investigador asociado del proyecto dijo en un comunicado que “la Academia Nacional de Ingeniería y Ciencias identificó este tipo de tecnologías como esenciales para el futuro de la sociedad”. Según él, esta innovación responde al crecimiento poblacional y a la creciente demanda de energía y materiales. El proyecto ofrece una solución que podría mejorar la calidad de vida y reducir el impacto ambiental.
En busca de una producción a gran escala
Aunque prometedora, la tecnología propuesta por los científicos de la WVU todavía trabaja a pequeña escala. Actualmente, el equipo procesa solo unos pocos gramos de plástico a la vez para validar el proceso. No obstante, ya contemplan la manera de escalar su proyecto a un nivel industrial.
Sin embargo, si se busca que esta tecnología se adopte a nivel mundial, es crucial que sea más económica que la fabricación tradicional de plásticos. Los investigadores están trabajando en optimizar el proceso para hacerlo accesible y viable para industrias en todo el mundo.
El problema del reciclaje
El polipropileno es uno de los plásticos más usados a nivel mundial. Podemos encontrarlo en productos como contenedores de alimentos o piezas de automóviles. Sin embargo, también tiene una de las tasas de reciclaje más bajas: apenas el 3%, de acuerdo con Clean Tech.
A nivel mundial, solo se recicla el 9% de los desechos plásticos producidos, el resto de incinera o se olvida en basureros. Además, el reciclaje convencional es caro y poco eficiente. Esto trae como consecuencia que muchos plásticos terminen contaminando más al ser reciclados de forma errónea o mezclados con materiales no aptos.
Otro gran problema tiene que ver con el aspecto cultural, pues en muchos lugares no se fomenta el hábito de reducir y reutilizar. Esta falta de enfoque integral ha llevado a cuestionar la efectividad de los esfuerzos actuales para manejar los desechos. Propuestas como la Wang y su equipo podrían ser parte de la solución, pero lo cierto es que se necesitan cambios en los hábitos de consumo y en las políticas públicas para fomentar un uso más consciente de los plásticos.
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