Después de poco más de un siglo de esfuerzos de conservación, los bisontes del Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos, fueron reevaluados genéticamente en un estudio y los resultados fueron bastante claros. Lo que antes se consideraban dos poblaciones reproductoras distintas, ahora es una única gran población mestiza.
Según un estudio publicado en Journal of Heredity y realizado por investigadores de la Universidad de Texas A&M, esta especie dio un paso más en su restauración y ahora deberá ser gestionada como una sola unidad biológica y genética. La investigación, liderada por Sam Stroupe, Chris Geremia, Rick L. Wallen, PJ White y James N. Derr, reveló que los bisontes de Yellowstone lograron fusionarse en una población interconectada y eliminó la distinción entre los grupos antiguos.
Una historia de casi extinción y un resurgimiento inesperado
A finales del siglo XIX, los bisontes de Norteamérica se enfrentaron a un declive debido a la caza excesiva. En Yellowstone, solo quedaban 23 individuos en estado salvaje. Para evitar la extinción, en 1902 se introdujeron bisontes de Montana y Texas con la esperanza de recuperar la población. Durante décadas, los científicos creyeron que esta mezcla genética había dado lugar a dos manadas separadas dentro del parque, una en el norte y otra en la región central.
Estudios previos indicaban que estos dos grupos mantenían patrones reproductivos distintos, lo que llevó a su gestión como poblaciones separadas. Sin embargo, de acuerdo con la nueva investigación, los análisis genéticos más recientes demostraron que esta separación ya no existe. La combinación de microsatélites y polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) reveló que los bisontes ahora tienen una homogeneidad genética.

Ciencia genética para redefinir la conservación del bisonte
El análisis de los investigadores incluyó muestras de 282 bisontes tomadas en verano e invierno entre 2019 y 2021. Mediante el uso de marcadores genéticos avanzados, descubrieron que los patrones de apareamiento ya no respetan las antiguas divisiones geográficas. Aunque las dos manadas históricas siguen existiendo en términos de distribución, los individuos de ambas se reproducen entre sí sin restricciones. El Dr. Sam Stroupe, investigador principal del estudio, habló sobre los resultados con Phys Org:
"Durante mucho tiempo ha habido un debate entre los conservacionistas sobre cuál es la mejor manera de gestionar la diversidad genética del bisonte de Yellowstone. Para obtener una visión más clara, examinamos muestras de los dos principales grupos de reproducción estival y dos importantes áreas de distribución invernal. Es en estos lugares donde esperaríamos encontrar ejemplos de diferencias y solapamientos genéticos; sin embargo, los bisontes de Yellowstone actuales constituyen claramente una manada mestiza".
De acuerdo con el comunicado de la Universidad de Texas A&M publicado en el citado medio, esta reevaluación genética es crucial para futuras estrategias de manejo. La idea de que existían dos subpoblaciones influyó en cómo se diseñan políticas de conservación en las últimas décadas, pero los nuevos hallazgos sugieren que cualquier acción debe tomarse considerando a los bisontes de Yellowstone como una única unidad.

El caso del bisonte de Yellowstone ahora es considerado como uno de los mayores éxitos de conservación de la vida silvestre. Pasaron de estar al borde de la extinción a contar con una población saludable de entre 4,000 y 6,000 individuos. Sin embargo, los desafíos no han desaparecido del todo.
La caza de bisontes que cruzan las fronteras del parque, las enfermedades como la brucelosis y la presión de algunos sectores ganaderos siguen siendo amenazas para la estabilidad de la población. Según Phys Org, los investigadores destacan que, aunque la población está estable, el monitoreo genético debe continuar.
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