El mayor complejo de presas está por ser derrumbado, su objetivo: resucitar un río y su vida silvestre

Klamath Rio Salmon Yurok
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En 1906, comenzó la construcción del complejo de presas en el río Klamath. Durante todo este tiempo, conservacionistas, tribus originarias y científicos han luchado por su restauración. Hasta antes de las presas, grandes cantidades de salmón del pacífico nadaban con libertad por los 407 kilómetros de río que desemboca en el Pacífico. En unos años, una nueva generación de salmón podría estar regresando a un más nutrido y cuidado río.

¿Cuál es la historia del río Klamath? ¿Por qué se ha luchado durante 20 años por la destrucción de las presas? Aquí te contamos cómo resucitarán al “río al revés”.

Regresar en el tiempo

Diseno Sin Titulo 36 Foto de Semantha Norris, CalMatters

Tras más de 100 años de presas por todo lo largo del Klamath, construidas por PacifiCorp, ha comenzado la “resurrección” de un río enorme. Para finales del siguiente año, cuatro represas hidroeléctricas habrán desaparecido. Se retirarán 100 millones de litros de hormigón, 2 mil toneladas de acero y se extraerá 1.3 millones de metros cúbicos de tierra.

La esperanza de este proyecto de restauración es que la vida silvestre que habita en las cercanías y dentro del río vuelva a ser tan abundante como antes. En particular la fauna marina. Durante mucho tiempo, la pesca fue parte fundamental de la economía y sociedad de tribus americanas, como la Yurok, cercanas al Klamath.

El Klamath abarca cinco bosques nacionales de Estados Unidos y recorre siete condados entre dos estados (Oregon y California). Se le conoce como “el río al revés”, no por un tema de flujo, sino por uno geográfico. A diferencia de la mayoría de los ríos, este nace en los desiertos de Oregon, alrededor de zonas urbanas y sin pendientes tan pronunciadas, para desembocar en el Pacífico cerca de reservas nacionales.

Pero esta obra conservacionista no es sencilla. Hay dudas respecto a que si destruir las presas es realmente una buena idea, pues se teme que el sedimento que caiga al río afecte a los peces. Además de que volver a llenar un río no es seguro de que la vida vuelva como antes. Y es que PacifiCorp tampoco ha puesto las cosas fáciles.

Hasta 2006, tenían licencia para seguir operando sus hidroeléctricas. Sin embargo, se encontró que aquellas que operaban en el Klamath representaban apenas el 2% de la energía suministrada a sus clientes. Por lo que su importancia era despreciable para la magnitud del río.

La gente del Klamath

Diseno Sin Titulo 35 Foto de Semantha Norris, CalMatters

La gente que vive en las cercanías del Klamath fue la que hizo posible que se aprobara la demolición de las represas. Por un lado, están las tribus originarias que siempre han vivido apegados a este río. También están los políticos y locales que hicieron su vida ahí y que ven la permanencia de PacifiCorp como una amenaza a su estilo de vida, un poco más rural. Del mismo lado están los investigadores y ecologistas que apoyaron para que esto se concretara.

Una de estas personas es Oshun O’Rourke, miembro de la tribu Yurok y quién también es bióloga de profesión. Ella cuenta para CalMatters cómo pescaba junto a su padre, siguiendo las tradiciones de su pueblo. Ha sido parte de la restauración con la finalidad de que su hijo tenga también la oportunidad de pescar salmón con su familia.

O’Rourke se dedica a la conservación de los salmones, y sabe que estos se van por unos años para regresar en algún momento a desovar. “Cuando regresen [los que se fueron este año] en unos tres o cuatro años, las represas habrán desaparecido”.

De lo único que podemos estar seguros es que, durante casi cien años, las represas alteraron el orden natural y la vida de la flora y fauna. Cuando por fin terminen de demolerlas, los salmones que vuelvan, se encontrarán con un río completamente nuevo. Un reinicio esperanzador para una fuente tan importante como el Klamath y para otros cuerpos de agua que se encuentran en situaciones similares.

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