Las bolsas de plástico están prohibidas en Ciudad de México desde el 1 de enero, salvo contadas excepciones, pero no todas las alternativas a implementarse tienen saldo positivo en cuanto a reducción de carbono al ambiente. El problema es que el tema no se soluciona con sustituir el plástico con alternativas como el vidrio o el papel, el tema es que se necesite adoptar modelo en donde se evite el consumo de un solo uso, sin importar el material.
Federico Llamas, fundador de la Universidad del Medio Ambiente precisa que no se trata solo de reducir la huella ambiental, sino de fomentar el tan afamado (pero poco comprendido) término de "economía circular" en donde los materiales que utilicemos puedan volver a reincorporarse al ciclo de producción luego de haberlos ocupado por primera vez, sin pérdidas de residuos en el proceso. Mayor tiempo de vida a bolsas, sin importar su material, hace que la proporción de recursos utilizados en su producción contra huella de carbono sea más positiva.
"Hacia donde queremos movernos es hacia usos más largos, lo mismo una botella de vidrio o lata de aluminio, pero nos da un servicio de varios años, pues el impacto que puede tener de su origen y deshecho se distribuye en más uso y reduce su impacto ecológico" explica Llamas.
Pero las nuevas reformas a la Ley de Residuos Sólidos en Ciudad de México no han prohibido todo tipo de bolsas de un solo uso, sino exclusivamente las hechas a partir del plástico. El dictamen aprobado en junio de 2019 y ya en vigor dice a la letra "queda prohibido por cualquier motivo la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor, en los puntos de venta de bienes o productos, excepto si son compostables".
Plásticos compostables, lo que sea que eso signifique
Llamas considera que este es un primer paso, regular el material más usado con fines de un solo uso, pero el no regular el resto de materiales le ha dado un argumento que la Asociación Nacional del Plástico: sustituir bolsas de plástico por bolsas de papel puede ser más contaminante.
El impacto de un material no se explica por sí solo. Está sujeto a una serie de características del contexto y de producción. No es lo mismo la cantidad de recursos que se ha necesitado para fabricar, almacenar, distribuir y utilizar una bolsa de plástico en CDMX que en Zitácuaro. Lo mismo ocurre con bolsas de papel.
Por si fuera poco, la Asociación Nacional de Industriales del Plástico (Anipac) asegura que no hay consenso sobre lo que significa un "plástico compostable", pues no hay una Norma Oficial Mexicana que los regule. Esto quiere decir que cada fabricante es libre de entender "compostable" como mejor le convenga. Ante la confusión, de cualquier manera ya hay bolsas de plástico que se venden como "reciclables" a través de un sello estampado.
"Me cuestan lo mismo, las bolsas son las mismas. Las compro en la central y ellos le imprimen el sello para poder venderlas. Tienen bodegones" me dice quien atiende en una tienda de abarrotes en CDMX.
"El plástico en sí no es malo, el plástico es una maravilla, si estuviéramos aprovechando una de sus mayores ventajas, que es que nos puede dar servicio durante años, hacia allá es donde creo yo se debe mover la industria, hacia usos de largo alcance del plástico"
Federico Llamas
Llamas piensa que la reforma es un primer paso hacia la adopción de una economía circular, pero la Anipac acusa que el tiempo de implementación ha sido tan corto que no ha dado tiempo para que empresas renueven sus modelos de fabricación de plástico. Incluso ahora la Secretaría de Desarrollo Económico está analizando dar créditos a empresas para su reconversión industrial.
El problema para Llamas es que el sector ha sido poco dinámico en la búsqueda de alternativas para estar al día con retos sociales. Ejemplifica con el caso Uber: el sector de movilidad avanza tan rápido que las normativas apenas pueden ponerse al día, pero en plásticos de un solo uso las normativas están teniendo que arrastrar a un sector que no estaba listo en CDMX para trabajar con plásticos biodegradables.
Con industria renovándose o no, lo cierto es que con corte a diciembre de 2019 en CDMX 380 trabajadores de la industria del plástico fueron despedidos. De acuerdo a la Anipac, las empresas del segmento están trabajando a entre 10% y 20% de su capacidad.
El panorama no es alentador para una industria que, en los términos en que trabaja al día de hoy, enfrentará problemas en los próximos años, cuando normativas similares comiencen a entrar en vigor en distintos estados del país. En CDMX la prohibición apenas está en su primera fase, para 2021 serán prohibidos en su totalidad artículos de un solo uso que utilicen plástico convencional como popotes, globos, vasos, cucharas y platos.
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