En las últimas décadas, mucho se ha hablado del calentamiento global. Derretimiento de los polos, huracanes con mayor intensidad y temperaturas que sobrepasan los 45º centígrados, son algunos de los efectos secundarios que se han suscitado debido a este fenómeno. Ahora, uno más se suma a la lista: los mares comienzan a cambiar de color.
Fue gracias a un estudio publicado por la revista Nature, que se observó cómo al menos un 56% de los mares del mundo han adquirido tonos de color verde en los últimos 20 años. Situación que se ha presentado principalmente en la zona del ecuador y existe un responsable: el fitoplancton.
Con el fin de investigar las tendencias en el océano, el equipo del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton, dirigido por B.B. Cael, estudiaron las imágenes del satélite Modis-Aqua de la NASA capturadas durante dos décadas, centrándose en cómo ha variado el color del océano en un rango que va del rojo al azul. A través de un modelo por computadora, se compararon las alteraciones y los escenarios simulados. El resultado: los cambios son impulsados por el cambio climático.
Ahora bien, este hecho se debe a que el fitoplancton, al contener clorofila, refleja luz verde, lo que da ese tono de color al océano cuando hay una mayor concentración de estos microorganismos. Según explican los autores del estudio, el fitoplancton también modifica la dispersión y absorción de la luz, lo que cambia las propiedades ópticas del agua y, por ende, las tonalidades oceánicas. Un cambio en el color reflejado sugiere que el ecosistema sufre alteraciones.
De esta manera, las aguas superficiales han acumulado el exceso de calor debido al clima cálido, lo que las hace menos propensas a mezclarse con las capas más profundas, ricas en nutrientes. Con ello, se crean condiciones favorables para el plancton que está adaptado a entornos con pocos alimentos. Sin embargo, esto cuesta trabajo a causa de las variaciones en la temperatura de la superficie del mar.
Los tonos más oscuros de morado indican un cambio de color más significativo.
El objetivo de estos resultados consiste en mostrar cómo el ecosistema marino experimenta cambios. Además, se debe tomar en cuenta una cosa: la importancia del fitoplancton. El funcionamiento de dicho organismo dentro del ecosistema consiste, en primer lugar, en captar dióxido de carbono de la atmósfera y transformarlo en azúcares. Así, se convierte en la base de la cadena de alimentación marina al sustentar a organismos cada vez más complejos.
Por otro lado, puede modificar significativamente su entorno, con lo que afecta aspectos como la temperatura, la disponibilidad de nutrientes y los niveles de luz en el agua. Por estas razones, es crucial entender qué les ocurre.
"Dado el papel clave que desempeñan los ecosistemas de plancton en las redes alimentarias marinas, los ciclos biogeoquímicos globales y las retroalimentaciones entre el ciclo del carbono y el clima, detectar cambios en estos ecosistemas es de gran utilidad".
B.B. Cael, científico del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
Finalmente, se concluyó que estos hallazgos pueden ser importantes para la conservación y gestión de los océanos. Como ejemplo, se menciona el cambio en el ecosistema microbiano de la superficie oceánica, que puede ayudar a identificar áreas con la posibilidad de establecer zonas marinas protegidas.
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