Para no perder el ecosistema de desarrolladores, usuarios e infraestructura generados a partir de la cripto LUNA y la stablecoin UST, luego de sus desplomes del 99% y 70% respectivamente, la fundación LUNA ha acordado generar una nueva cripto, basada en la cadena de bloques que ya existe.
La nueva cripto será nombrada Terra (LUNA) y la anterior pasará a llamarse Terra Classic (LUNC). La votación para crear Terra 2.0 y "preservar la comunidad" sucedió el pasado 25 de mayo y el plan comprende que quienes posean todavía la ahora LUNA Classic y UST recibirán de forma inmediata tokens de la nueva cripto. Los que desarrollen las aplicaciones elementales para la nueva LUNA también se verán beneficiados con dotaciones exclusivas de la criptomoneda.
La distribución de tokens va de la siguiente manera: quienes antes poseían LUNA (tenedores de LUNA "previo al ataque", les llama la fundación Terra) tendrán el 35% de los tokens; los usuarios que tenían UST tendrán el 10%; otro 10% del total de tokens irán para los tenedores que llegaron después del desplome y 15% será para quienes obtuvieron UST después de la caída. Para la piscina comunitaria de tokens se destinará el 30%.
Tipo de usuarios | Porcentaje del total de tokens de LUNA |
---|---|
Poseedores de LUNA antes del desplome | 35% |
Poseedores de UST antes del desplome | 10% |
Poseedores de LUNA después del desplome | 10% |
Poseedores de UST después del desplome | 15% |
Piscina comunitaria | 30% |
Las pérdidas de LUNA (ahora LUNC)
UST, o Terra USD, era una stablecoin "algorítmica", cuya promesa de mantener paridad 1-1 con el dólar estaba basada en un complejo sistema de ingeniería cuyo soporte era otra cripto de Terra de nombre LUNA. Con la más reciente caída del bitcoin, una ola de venta de criptos llegó y cuando el UST perdió paridad, una gran cantidad de inversores también vendieron sus LUNA, lo que desató una cadena de eventos que llevó al desplome de las dos criptomonedas y a la pérdida de miles de millones de dólares de capital.
Solo para tratar de balancear los precios, la fundación Terra se deshizo de 80,000 bitcoin, un esfuerzo que pocos resultados produjo. En su mejor momento, LUNA y UST alcanzaron una valor de 60,000 millones de dólares, de manera que no es ahora difícil de encontrar por la red casos de personas en todo el mundo, desde Argentina hasta Nigeria, que perdieron absolutamente todo en sus ahorros depositados en la promesa de una cripto que, decía Terra, nunca perdería paridad con el dólar.
La versión oficial para Terra es que los desplomes fueron ocasionados por un ataque deliberado hacia su cadena de bloques. Las stablecoins más conocidas no funcionan como la UST, sino que tienen respaldos en dinero fiat, bonos de gobierno y metales.
Si todo va bien, las personas que padecieron el desplome podrían ver recuperados algunos de sus fondos si la nueva LUNA recobra algo del sentimiento de confianza que solía generar todo el ecosistema Terra, responsable en su momento de dos de las criptomonedas de mayor reputación en todo el planeta, lo cual, desde luego, es una meta difícil.