TSMC vuelve a fabricar chips después del terremoto de Taiwán: empleados están seguros y las instalaciones no sufrieron daños

Un terremoto devastador de magnitud 7.4 golpeó la costa este de Taiwán, el sismo más catastrófico que ha azotado la región en los últimos 25 años. A tan solo un día del evento, el balance de daños ha aumentado dramáticamente desde las cifras iniciales, con al menos diez personas fallecidas, 1,099 heridos y 705 individuos aún atrapados entre los escombros de los más de 100 edificios colapsados.

Las principales fábricas de semiconductores de TSMC y UMC se encuentran en el lado occidental de Taiwán, pero el impacto del terremoto obligó a una pausa en la producción de semiconductores por seis horas. Sin embargo, TSMC confirma que su personal está seguro y regresó al trabajo, minimizando el impacto en esta industria vital.

Resiliencia en la industria de semiconductores de Taiwán frente al terremoto

Según reportan medios nacionales, el terremoto fue seguido por fuertes réplicas, incluido un temblor de magnitud 6.4. Se esperan múltiples réplicas de magnitud 7 en los próximos días. Hualien, la zona más golpeada por el sismo, enfrenta una situación crítica. Los informes iniciales tras el terremoto en Taiwán revelan que, aunque los daños estructurales en los edificios de semiconductores son mínimos, con algunas afectaciones en columnas y paredes, el verdadero tesoro de estas fábricas va más allá de la infraestructura.

El corazón de la producción de semiconductores radica en los avanzados equipos de litografía, cuya integridad es esencial para mantener la vanguardia en la creación de chips de alta tecnología. Estos equipos representan la inversión más significativa y valiosa para los fabricantes, y su protección es prioritaria en la industria.

Los bomberos de Kaohsiung buscan en el interior de un edificio tras el fuerte terremoto que sacudió la costa oriental de Taiwán, BBC
Decenas de personas han quedado atrapadas por la caída de escombros, BBC

Las instalaciones de TSMC en Taiwán están a la vanguardia de la tecnología, equipadas con las avanzadas máquinas de litografía de ultravioleta extrema (UVE) fabricadas por la prestigiosa ASML de los Países Bajos. Estos dispositivos, cuyo costo asciende aproximadamente a 2,688,590.850 de pesos cada uno, son el núcleo de las plantas de producción de chips más modernas, que albergan decenas de estas máquinas de precisión extrema. Para alivio de la industria, un portavoz de TSMC ha asegurado que estas valiosas máquinas UVE y otros equipos esenciales no han experimentado daños.

La industria de semiconductores de Taiwán navega las réplicas del terremoto

A pesar de la tranquilidad que brinda la declaración oficial de TSMC sobre la seguridad de sus equipos esenciales tras el terremoto, informes adicionales sugieren una realidad más compleja. Wen-Yee Lee, un periodista con especialización en semiconductores en Taipei, reporta daños en ciertas máquinas. Como resultado, algunas plantas de producción están funcionando al 70% de su capacidad, mientras que instalaciones de punta como la Fab 18 operan al 80%.

Fábrica 18, TSMC

Ante los daños sufridos por las fábricas de semiconductores en Taiwán, es prudente anticipar un periodo de recuperación de varias semanas para restablecer la capacidad productiva total. Este retraso podría influir temporalmente en la cadena de suministro global, potencialmente elevará los precios y afectará la disponibilidad de ciertos chips.

Dado que TSMC domina más del 50% del mercado, su papel es crucial en la estabilidad de la cadena de suministro de semiconductores a nivel mundial. TSMC no es solo un actor principal; es el eje central sobre el cual gira la producción de tecnología avanzada. Esto significa que cualquier fluctuación en su capacidad de producción tiene el potencial de resonar a través de múltiples industrias, desde la tecnología de consumo hasta sistemas críticos de defensa.

Taiwán, y por extensión TSMC, es responsable de más del 60% de los semiconductores del mundo y más del 90% de los más avanzados. La expansión de TSMC en otros países, como su reciente inversión en Arizona, es un reflejo de la creciente necesidad de diversificar la producción de semiconductores ante desastres naturales. Sin embargo, replicar la eficiencia y la precisión de las operaciones de TSMC en otros lugares es un desafío significativo, con costos estimados en un 55% más altos fuera de Taiwán.

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