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El golpe más duro para China llegará en enero de 2024 y tiene como objetivo provocar el colapso de su industria de chips

La guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China podría alcanzar un nuevo nivel de tensión en enero de 2024, cuando se espera que el gobierno estadounidense aplique una serie de medidas para bloquear el acceso de las empresas chinas al mercado global de los semiconductores.

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¿Qué son los chips y por qué son tan importantes para la tecnología? Los chips, o semiconductores, son pequeños dispositivos que permiten el funcionamiento de computadoras, smartphones, consolas, autos y satélites. Los chips son el corazón de la industria tecnológica, y su producción es un negocio muy competitivo y estratégico. Estados Unidos lidera el mercado mundial de los chips, seguido por sus aliados Taiwán, Corea del Sur y Japón.

¿Cuál es la situación actual?

China, por su parte, tiene una gran dependencia de las importaciones de chips, ya que su producción nacional solo cubre el 16% de su demanda interna. Esto la hace vulnerable a las sanciones y restricciones que Estados Unidos ha impuesto a algunas de sus empresas más importantes, como Huawei, ZTE, SMIC y DJI, para limitar su acceso a la tecnología estadounidense.

Sin embargo, China no se ha quedado de brazos cruzados y ha lanzado un ambicioso plan para desarrollar su propia industria de chips, con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia para 2025. Para ello, ha invertido miles de millones de dólares en investigación y desarrollo, ha atraído a talentos extranjeros y ha buscado alianzas con otros países.

Pero todo este esfuerzo podría quedar en nada si se confirma el plan que Estados Unidos tiene preparado para enero de 2024. Se trata de un golpe maestro que busca provocar el colapso de la industria de chips de China, aprovechando la ventaja que tiene Estados Unidos en este campo y su influencia sobre sus aliados.

El plan consiste en tres pasos:

  • El primero es aplicar una ley que prohíbe a las empresas estadounidenses exportar cualquier tipo de chip o equipo relacionado con los chips a China, sin una licencia especial del gobierno. Esto afectaría no solo a las empresas chinas, sino también a las multinacionales que tienen fábricas o proveedores en China.
  • El segundo es presionar a los países aliados para que sigan el ejemplo de Estados Unidos y corten el suministro de chips a China. Esto sería especialmente crítico para China, ya que depende en gran medida de los chips fabricados por 'Taiwán Semiconductor Manufacturing Company' (TSMC), el mayor productor mundial de chips.
  • El tercero es lanzar una campaña mediática y diplomática para desacreditar a China como un actor responsable y confiable en el ámbito tecnológico y militar. Esto tendría como objetivo aislar a China del resto del mundo y reducir su capacidad de influencia y negociación.

¿Qué consecuencias tendría este plan para China y para el mundo?

Algunos advierten que podría desencadenar una guerra comercial y tecnológica sin precedentes, con graves repercusiones para la economía global y la estabilidad geopolítica. Otros creen que podría impulsar la innovación y la cooperación entre los países que buscan alternativas al duopolio estadounidense-chino.

Entre los escenarios más probables se encuentran los siguientes:

  • China podría responder con medidas similares contra Estados Unidos y sus aliados, afectando a sectores clave como la agricultura, la energía, las telecomunicaciones y la defensa. También podría intensificar sus esfuerzos para desarrollar su propia industria de chips, aunque esto le llevaría tiempo y recursos.
  • Los países europeos podrían aprovechar la oportunidad para posicionarse como un tercer polo en el mercado global de los chips, ofreciendo soluciones más neutrales y equilibradas. Esto les daría una ventaja competitiva y les permitiría aumentar su independencia tecnológica.
  • Los países emergentes podrían verse beneficiados por la apertura de nuevos mercados y oportunidades de inversión, al tiempo que podrían sufrir las consecuencias de una menor demanda y un mayor costo de los productos electrónicos. También podrían verse obligados a elegir bando entre Estados Unidos y China, lo que podría generar tensiones y conflictos regionales.

En conclusión, el plan de Estados Unidos para golpear a la industria de chips de China en 2024 es una estrategia de alto riesgo y alta recompensa, que podría cambiar radicalmente el panorama tecnológico y geopolítico del mundo. Habrá que estar atentos a cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo reaccionan los diferentes actores involucrados.

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