En la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la pieza central del juego son los chips. Todos lo saben y un jugador se ha beneficiado de la necesidad de China de ser autosuficiente: Japón.
Como retoma Bloomberg, la compañía japonesa Tokyo Electron acaba de ganar 12,000 millones de dólares en valuación solo por sus resultados récord de ventas de maquinaria a China. No se trata de cualquier tipo de máquinas. China, que ha conseguido desarrollos importantes para alcanzar procesos de producción masiva, está ansiosa de conseguir máquinas para tratamiento y corte de placas de silicio. Para Japón la ganancia ha sido brutal: su índice bursátil de semiconductores ha ganado 147,000 millones de dólares en un año tres meses.
El dinero de China
China ha puesto considerables esfuerzos en ser autosuficiente para no depender en lo absoluto de Estados Unidos y aliados, especialmente después de numerosos bloqueos de tecnología central para desarrollar chips de última generación y con inteligencia artificial. La alternativa de China es invertir para masificar la producción de chips hechos en proceso de 28 nanómetros y continuar desarrollando chips más avanzados, como los recién reportados hechos en siete nanómetros que habrían sido hechos dentro de China.
No importa cuál sea el destino, para el camino se necesita maquinaria y Tokyo Electron está entre las compañías que han capitalizado la necesidad de China.
Tanto dinero para el negocio es bueno para inversionistas y para el segmento de fabricantes japoneses, pero no así para Estados Unidos. Que Japón y China establezcan una relación de interdependencia tan sólida puede poner en riesgo el cuidadoso bloqueo comercial que se ha impuesto para que China no tenga chips de última generación. Por otro lado, los productores japoneses ya no pueden dejar de vender a China porque, según cifras de Blooomberg, más de la mitad de ventas de Tokyo Electron ya son precisamente para China.
Los beneficios no están siendo monopolizados por Tokyo Electron. Otros productores de equipos también han visto incrementadas sus ganancias. Disco Corp. tendrá el equivalente a 40% de sus ventas para China y Kokusai Electric Corp. incluso está contratando más personal para satisfacer las necesidades de China, retoma de nuevo Bloomberg.
Riesgos para todos
Visto desde el punto de vista de Japón, hay dos riesgos latentes. El primero es el secreto con que China maneja sus líneas de producción y que todavía es incierto si puede alcanzar la masificación de chips y mantener la demanda de equipos para tratamiento de silicio. El segundo es, desde luego, Estados Unidos. El antecedente inmediato es tan cercano que es fácil de referenciar. A principios de año, Países Bajos bloqueó la venta de algunos sistemas de litografía ultravioleta profunda a China, equipos esenciales para la fabricación de semiconductores.
Japón no opera al margen y también tiene limitaciones a las exportaciones de tecnología de litografía ultravioleta y lleva una estricta lista de control para lo que se trata de semiconductores de uso militar. Pese a las limitaciones y que Japón ha buscado reducir su dependencia de las compras de China, los números reflejan que la relación no hace más que estrecharse.
Según Financial Times, China estaría a punto de alcanzar su nueva cúspide en la producción de chips, pese a Estados Unidos. SMIC estaría construyendo chips en proceso de cinco nanómetros y, según el reporte de inicios de febrero, la línea de producción se centrará en chips Kirin para ser utilizados en versiones premium de celulares de Huawei.