China tiene una gran presencia en la cadena de suministro de defensa de los Estados Unidos, según un nuevo informe de Govini, una firma de análisis de datos. El informe muestra que la base industrial de Estados Unidos no puede disuadir a China de sus ambiciones militares, debido a su dependencia de los chips y otros componentes fabricados o suministrados por China.
Govini es una empresa con sede en Arlington, Virginia, que se dedica a proporcionar datos, análisis e información sobre el gasto, la cadena de suministro y la adquisición del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. En 2019, Govini obtuvo un contrato de cinco años y 400 millones de dólares del Pentágono para seguir actualizando su base de datos, que es una herramienta clave para mejorar la eficiencia y la seguridad de la cadena de suministro de defensa.
Estados Unidos necesita de China, más de lo que quisiera
El escenario actual de la "Guerra de Chips" entre China y Estados Unidos es conocido por todos. Ante las restricciones a las exportaciones y el acceso a la tecnología avanzada, ambos países han tratado de aumentar su producción nacional para lograr una mayor autonomía en su cadena de suministro.
Este es un paso que ambas potencias han dado antes, como se evidencia por las grandes inversiones de Estados Unidos en plantas de fabricación de chips o China, con estrategias para mantener sus precios bajos o con startups como SEIDA que desarrollan software OPC (Optical Proximity Correction), necesario para producir semiconductores.
Sin embargo, por menos que le guste a Estados Unidos, no puede desprenderse de China tan fácilmente. La explicación es más simple y sorprendente de lo que se cree, y los autores la expresan en el informe de Govini, que se fundamenta en la observación de:
"La capacidad de producción nacional de Estados Unidos es una sombra marchita de lo que fue. Las categorías cruciales de la industria para la defensa nacional de EE.UU. ya no se construyen en ninguno de los 50 estados. Con solo 25 ataques bien construidos, utilizando cualquiera de una variedad de medios, un planificador militar adversario podría paralizar gran parte del aparato de fabricación de Estados Unidos para producir armas avanzadas".
En una entrevista con Tara Murphy Dougherty, directora ejecutiva de Govini, se exponen tres datos clave que muestran la gran dependencia de China que sufre el Pentágono y las fuerzas de Estados Unidos para conseguir suministros de defensa, desde aparatos electrónicos hasta recursos:
- China provee más del 40% de los semiconductores que respaldan los sistemas de armas del Departamento de Defensa y la infraestructura relacionada.
- De 2005 a 2020, se cuadriplicó el número de proveedores chinos en la cadena de suministro industrial y de defensa de Estados Unidos.
- La dependencia de Estados Unidos de la electrónica china incrementó en un 600% desde 2014 hasta 2022.
Aunque alarmantes, las cifras resaltan una consecuencia de la poca capacidad nacional para producir los elementos esenciales de los sistemas de defensa de Estados Unidos. Muchos de estos sistemas son vitales tanto para Ucrania como para Israel mientras cuentan con el respaldo de Estados Unidos para sus propias disputas.
Por ejemplo, Govini indica que los portaaviones más recientes de la clase Ford de Estados Unidos necesitan más de 6,500 semiconductores de procedencia china para operar.
Según el informe, la base industrial de defensa de Estados Unidos ha fallado en parte por tres décadas de un enfoque incorrecto del gobierno federal en las compañías de defensa.
En resumen, el gobierno y el Departamento de Defensa impulsaron a los fabricantes de defensa a producir sistemas de armas de forma eficiente y económica, con líneas de producción e inventarios reducidos. Sin embargo, Govini sostiene que esta estrategia no generó ahorro y debilitó la seguridad de Estados Unidos al disminuir las reservas y la capacidad de reabastecimiento.
La debilidad de Estados Unidos es evidente para sus adversarios. Mientras la capacidad nacional se ha debilitado, países como China han fortalecido la suya y se han extendido a los mercados globales. El informe indica que hoy en día, casi un tercio de las empresas de defensa del mundo son chinas.
Murphy Dougherty afirma que se ha avanzado con las autoridades vigentes bajo la Ley de Producción de Defensa que la administración de Joe Biden activó en 2022 y destaca que el Pentágono pronto presentará su primera estrategia de base industrial nacional.
No obstante, hay poca evidencia de algún avance para recuperar la capacidad industrial de Estados Unidos, liberar la cadena de suministro de la influencia china o reabastecer las municiones que se agotan.
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