Los chips "más avanzados de EE.UU." no se harán en China: TSMC recibe 6,600 millones de dólares para fabricarlos en Arizona

TSMC, el coloso de la fabricación de semiconductores, ha anunciado una inversión significativa que incrementará su presencia en Estados Unidos. La construcción de una tercera fábrica en Arizona eleva su compromiso financiero de 40,000 millones a 65,000 millones de dólares, marcando un hito en la industria y en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Taiwán.

Este movimiento es parte de una estrategia más amplia del gobierno estadounidense para fortalecer la producción doméstica de semiconductores, un sector crítico para la economía digital global. Con una dependencia histórica de Asia para el suministro de chips, especialmente de Taiwán, Estados Unidos busca reducir riesgos económicos y de seguridad nacional en medio de tensiones crecientes con China.

La expansión de TSMC en Estados Unidos: un impulso para la soberanía tecnológica

La nueva planta en Arizona no es el único intento de diversificación por parte de TSMC. En 2022, Estados Unidos aprobó más de 50,000 millones de dólares en subvenciones para apoyar la fabricación y la investigación en semiconductores, una inversión que el Departamento de Comercio espera que aumente la participación de Estados Unidos en la producción de chips avanzados del 0% al 20% para 2030.

Laurie Locascio, subsecretaria de Comercio para Estándares y Tecnología, ha calificado el apoyo a TSMC como un “punto de inflexión” que podría restaurar el liderazgo estadounidense en el sector.

La primera planta de TSMC en Estados Unidos, anunciada en 2020, está prevista para abrir en el próximo año, seguida por una segunda fábrica en 2028 y la recién anunciada tercera instalación para finales de la década. Estas inversiones prometen crear miles de empleos directos e indirectos, aunque TSMC ha enfrentado retrasos por la escasez de mano de obra calificada y la incertidumbre sobre los incentivos del gobierno de EE. UU., además del reciente terremoto en Taiwán.

La inversión de TSMC en Estados Unidos no se limita únicamente a motivos económicos. De hecho, está en sintonía con los esfuerzos diplomáticos para aliviar las tensiones entre Estados Unidos y China. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha concluido una visita a China como parte de estos esfuerzos.

Aunque se han observado avances en la relación entre Estados Unidos y China, aún existen inquietudes significativas en torno a las estrategias económicas implementadas por Beijing. Estas preocupaciones se centran particularmente en el respaldo estatal a sectores estratégicos como el de los vehículos eléctricos y las energías renovables, áreas que son vistas como cruciales para el futuro sostenible y la competitividad global.

Laboratorios de TSMC

En el contexto de la política comercial internacional, Estados Unidos continúa aplicando aranceles elevados a los vehículos eléctricos importados de China. Esta postura proteccionista es compartida por otras naciones que también están evaluando la implementación de políticas arancelarias análogas. En respuesta, las autoridades chinas han expresado su descontento, calificando estas medidas como un proteccionismo excesivo y discriminación.

Por otro lado, Stephen Olson, quien ha desempeñado funciones como negociador comercial para Estados Unidos, opina que hay un esfuerzo conjunto por parte de ambos países para proyectar una imagen de mejora en sus relaciones bilaterales. Sin embargo, a pesar de esta intención de presentar un frente unido, las recientes negociaciones no parecen haber generado cambios sustanciales o concretos en sus dinámicas comerciales.

Es así que la inversión de TSMC en Estados Unidos no solo representa un avance económico, sino también un cambio estratégico en el panorama tecnológico mundial, donde la soberanía y seguridad tecnológica se están convirtiendo en prioridades clave para las naciones, más cuando se trata de seguridad nacional.

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