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Vimos 'Roma: la (nueva) consagración de Alfonso Cuarón es un retrato de él y de México a la vez

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

Dirigida por Alfonso Cuarón, producida por Alfonso Cuarón, escrita por Alfonso Cuarón, fotografía hecha por Alfonso Cuarón, poco faltó para que el tramoyista, el carpintero y el albañil fueran Alfonso Cuarón.

Desde los créditos que se presentan con calma al inicio de la película se intuye que, como se ha dicho al cansancio, estamos ante la película más íntima del aclamado director mexicano. Pero es tanto una autobiografía como un retrato de México. No faltaron quejas cuando 'Coco' sobre su desapego para fines prácticos con la realidad mexicana, y la discusión sobre qué tanto caricaturizaba la vida en México y qué tanto era real.

'Roma' es como si 'Coco' hubiera crecido, madurado, llegado a la adultez y mudado a la capital. Es un retrato de la mexicanidad de finales de los 60 y principios de los 70, para la que, sorprendentemente, mucho no ha cambiado. Los ambientes sonoros, los diseños arquitectónicos, y sí, las clases sociales, se perpetúan casi sin distinción de década.

Pero no, 'Roma' no es una película clasista. No lo es a pesar de que quienes atienden a la familia (los maravillosos personajes de Yalitza Aparicio y Nancy García) tienen raíces austeras, tienen un comedor separado al de la familia, y por ratos, son el saco de golpear de la familia que busca desahogo ante una inminente crisis.

La segregación de sus personajes tiene otra función que va más allá de la crítica social: tienen propósitos narrativos. Si alguna vez pasó por la cabeza de Cuarón aquellas críticas que se le podría hacer por perpetuar las clases sociales, seguramente las desestimó rápidamente, en pro de salvaguardar su propia memoria y utilizar la dualidad de vidas que llevan 'Cleo', el personaje de Yalitza Aparicio, y Sofía, la señora de la casa interpretada por Marina de Tavira.

La oportunidad única de verla en cine

Cuando los rumores apuntaban a que la gente de Cuarón habría pedido que todas las salas que querían proyectar la película debían tener 5.1, 7.1 y Dolby Atmos, la cosa tenía tintes soberbios. Ahora el rumor ha sido desmentido por Cuarón, pero lo cierto es que después de verla, si la solicitud habría sido cierta, tendría todo el sentido del mundo.

Con el riesgo de caer en el puritanismo de aquellos de barbas largas blancas y anteojos de pasta que dicen una y otra vez que el cine debe verse en pantalla grande, esta vez es verdad. La fotografía es abrumadora. Filmada completamente en 65 milímetros, toda la película se compone por un sin cesar de planos secuencia, en donde son pocas las escenas con cortes continuos. Es sin duda la consagración en fotografía del director, que, en pleno derroche de sus habilidades, se permite incluso hacerse un autohomenaje al más puro estilo 'Gravity' en algún punto de la película.

Menos que los planos secuencia, los trávelin (técnica en la que la cámara se desplaza con ayuda de un riel en línea recta) que siguen a los personajes (uno de ellos en un trailer) son a la vez exhibición de las capacidades técnicas, pero también amparo de quienes trabajaron en el arte y decoración de la película. Hay sets de hasta dos cuadras en la colonia 'Roma' donde fue filmada, que debieron prácticamente volver al pasado algunas décadas solo para la película.

Y sí, el sonido. No es fácil saltar a una película que haga tan buen uso de los sistemas multicanal de audio para generar ambientes imersivos. Con los primeros sonidos que provenían del fondo de la sala he tenido que voltear atrás para ver quién de la audiencia hacía tanto ruido (y no he sido el único).

Completan el paquete de ambientes sonoros sonidos del afilador, el de la banda de guerra que practica en la calle, el de los árboles, el de el que vende nieves, el de el que vende miel de colmena y lo aviones cuyo sonido abunda por cierto en la colonia Roma. Cerrar los ojos y escuchar 'Roma' es estar en Ciudad de México.

La atmósfera de fotografía, sonido, música y arte, es tan peculiar, que me ha costado trabajo entrar de lleno a la película. En la edición se toman las cosas con calma, a tal grado que para los más inquietos algunas partes les puedan parecer contemplativas. Pero que no se dejen engañar, 'Roma' es como el mejor de los textos: toma pausas, se detiene, sabe cuándo utilizar cada signo de puntuación, hay coma, puntos, puntos y coma, pero cuando explota, hay un par de secuencias que detonan con tanta fuerza que la gente ya no sabe a dónde mirar.

Las debutantes

Los actores, en conjunto, merecen su mención especial. El trabajar con más pequeños, (según me han dicho), es un reto enorme. Pero todos los que aparecen a cuadro lo hacen con una naturalidad genial. En la alfombra roja del estreno en México de la multipremiada película, llegaron emocionados y sonrientes, y se decían sorprendidos por ver todo lo que involucra hacer una película (el rodaje tomó más de 100 días). Por supuesto, luego de las primeras fotos y gritos, al menor se le había esfumado la sonrisa y ya no se le veía tan a gusto con las luces y los flashes, pero nada de eso se nota en 'Roma'.

El trabajo de la gente de selecciona casting es monumental, La selección ha sido ardua e intensa, y su ejemplo más obvio es el de Yalitza Aparicio, la protagonista, para la que bien se sabe se le encontró en Oaxaca, sin experiencia previa de actuación, y sin tener nada que ver con la industria del cine. Nada de eso se vislumbra apenas en pantalla.

Para Yalitza y Nancy esos son los mayores aprendizajes. "No limitarse a no poder hacer algo de por ser algún lugar, ese es el mensaje que he aprendido de esta experiencia, todo se puede hacer si se puede creer en uno" dice Nancy antes de la presentación de la película.

'Roma' es muchas cosas en una. Es el retrato de la mujer que hace el aseo en una casa de la colonia 'Roma', es un retrato de la hoy Ciudad de México sumamente imperfecta; es un análisis histórico de la coyuntura política, es un reconocimiento a las madres de familia como pilar de las familias en México (ejem, ejem, 'Coco'), pero sobre todo es una carta de amor de Cuarón a su propia familia.

Es todo eso empaquetado en una película de poco más de dos horas, que se antojan largas, pero cuyo deleite visual y auditivo no tienen igual.

Roma ya está llegando a salas en todo el país y paulatinamente se añadirán más.

A Netflix llega el 14 de diciembre próximo.

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